martes, 14 de mayo de 2013

CAMBIANDO PARADIGMAS EN LA EDUCACIÒN


Sir Ken Robinson :( Liverpool, Inglaterra, 1950 ) es un educador, escritor y conferenciante británico, experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos. También ostenta el título de Doctor por la Universidad de Londres desde 1981. Debido a la relevancia de su actividad en los campos mencionados, especialmente en relación con el arte, fue nombrado Sir por la Reina de Inglaterra, Isabel II en 2003.
Informaciòn completa artìculo wikipedia


jueves, 4 de abril de 2013

NUESTRO MUNDO CAMBIANTE


Educar a nativos digitales
Marc Prensky



En el siglo XXI, muchas de nuestras viejas suposiciones e ideas muy consolidadas se han dado la vuelta, y muchos otros cambios bruscos vienen de camino. Este es sin duda un lugar diferente dónde están creciendo nuestros hijos. Tres tercios de la gente del planeta posee un teléfono móvil. Un nuevo mundo virtual (por ejemplo, en línea) ha surgido de la nada y se ha convertido en el foco de atención de muchos de nuestros chicos. Los ingenieros están poniendo un trillón de transistores en un solo chip de ordenador. Los científicos manipulan átomos individuales para crear máquinas a nanoescala que ni siquiera podemos ver. El volumen de información del mundo pronto se duplicará cada pocas horas. Los concursos de la televisión ya no te ponen en una cabina aislada para probar que nadie te ayuda sino que te estimulan para que telefonees a un amigo o sondees al público.


En un entorno así es inevitable que el cambio llegue finalmente a la educación de nuestros jóvenes, y lo ha hecho. Pero hay una enorme paradoja para los educadores: el lugar donde se han producido los mayores cambios educativos no es en nuestras escuelas, es en cualquier lugar menos en nuestros colegios. Los mismos jóvenes que vemos aburridos y reacios en nuestras escuelas con frecuencia trabajan duro aprendiendo después del colegio (expresión que empleo para abarcar conocimiento informal entre iguales, Internet, YouTube, televisión, juegos, teléfonos móviles y otras muchas oportunidades emergentes, así como a través de programas organizados como FIRST Robotics). Es en el mundo fuera de la escuela, más que en la propia escuela, donde muchos de nuestros chicos se enseñan a sí mismos y a los demás todo tipo de experiencias importantes y realmente útiles sobre su presente real y futuro. Existe un gran número de herramientas poderosas para ellos con este fin, y estas herramientas –y nuestros chicos al usarlas– se están haciendo más y más poderosos día tras día. Tras la escuela nadie dice a los chicos qué aprender o hacer. Siguen sus pasiones e intereses, convirtiéndose en expertos durante el proceso.

¿Problemas de atención?


Pese a lo que puedas haber oído, o incluso observado, hoy día los alumnos no tienen el pequeño margen de atención o la incapacidad de concentrarse de que se les acusa. Muchos de los alumnos que no se concentran en el colegio se sientan horas, por ejemplo, completamente centrados en una película o en videojuegos. Así pues, no es la capacidad de atención de nuestros estudiantes lo que ha cambiado, sino más bien su tolerancia y sus necesidades.

Hoy los jóvenes tienen que elegir continuamente entre una plétora de reclamos a su atención producidos de forma muy costosa: música, películas, anuncios, televisión, Internet y muchos más. Han aprendido a centrarse solo en lo que les interesa y en las cosas que les tratan como individuos más que como parte de un grupo o clase (como nosotros hacemos con frecuencia en la escuela). En un mundo cada vez más poblado, la elección, diferenciación, personalización e individualización se han convertido para los jóvenes de hoy no solo en una realidad, sino en una necesidad.

Más y más gente joven ha mejorado profunda y permanentemente en cuanto al uso de la tecnología, conectando con sus iguales y el mundo como ninguna generación anterior lo había hecho. Ríos de información les llegan las 24 horas del día de los 7 días de la semana. Cada vez en mayor medida lo que quieren y necesitan está disponible en su bolsillo bajo demanda. “Si pierdo mi móvil, pierdo la mitad de mi cerebro”, comenta un alumno.

¿Necesitan chicos así el centro educativo? Cada vez más chavales (casi un tercio a nivel nacional y la mitad en las ciudades) creen que no, y abandonan. Pero los adultos, especialmente los educadores, saben que eso es un enorme error, porque hay muchas cosas que los jóvenes de hoy pueden y deben aprender de nosotros. El problema, sin embargo, es que (de nuevo en palabras de un alumno): “hay tanta diferencia entre cómo piensan los alumnos y cómo piensan los profesores…”. Estamos fracasando cada vez más, a la hora de dar a los alumnos lo que necesitan, en las formas que lo necesitan. Para lo que sí tienen poco margen de atención los chicos de hoy es para nuestros viejos métodos de enseñanza.

Qué quieren los alumnos de hoy  



¿Qué es lo que quieren estos alumnos de la escuela? A través de entrevistas a casi mil alumnos actuales de todos los estratos económicos, sociales, intelectuales y de edad, en todo el mundo, he encontrado que lo que dicen es notablemente coherente:



• No quieren charlas teóricas.

• Quieren que se les respete, se confíe en ellos y que sus opiniones se valoren y se tengan en cuenta.

• Quieren seguir sus pasiones e intereses.

• Quieren crear, usando las herramientas de su tiempo.

• Quieren trabajar con sus compañeros (iguales) en trabajos de grupo y proyectos (y evitar que los vagos viajen gratis).



• Quieren tomar decisiones y compartir el control.





• Quieren conectar con sus iguales para expresar y compartir sus opiniones, en clase y alrededor del mundo.

• Quieren cooperar y competir entre sí.

• Quieren una educación que no sea únicamente relevante, sino conectada con la realidad.

Naturalmente es posible ver esta lista como un conjunto de expectativas narcisistas o irreales por parte de los estudiantes. Pero hacerlo sería un gran error. A algunos les puede parecer que esta serie de expectativas es incompatible con impartir el currículum obligatorio o con conseguir mejores resultados en los exámenes. Esta también sería una conclusión equivocada.





Los alumnos de hoy quieren aprender de manera diferente al pasado. Quieren formas de aprender que tengan significado para ellos, métodos que les hagan ver –de inmediato– que el tiempo que pasan en su educación formal tiene valor, y formas que hagan buen uso de la tecnología que saben que es su derecho de nacimiento.

Nuestros alumnos ven que viene un nuevo mundo –su mundo-, un mundo en el que lo que ellos creen que debería ser importante lo es realmente. El mundo al que se encaminan es diferente e importante para ellos, y ya saben más sobre algunos aspectos de él que nosotros.

Pero el mundo del que vienen también es importante para ellos, y nosotros sabemos más de él que ellos. Necesitamos enseñar a los chicos a respetar el pasado pero a vivir en el futuro.

Y por eso necesitamos ser socios[1]. El cambio clave y el reto para todos los maestros del siglo XXI es conseguir estar cómodos, no con los detalles de la nueva tecnología, sino más bien con un nuevo y mejor tipo de pedagogía: la coasociación.

[1] Prensky utiliza extensamente la expresión partnering, y términos relacionados como partner y partnerer. Como sustantivo, partner puede significar socio, compañero y pareja y como verbo hacer algo de forma conjunta con alguien, ser su pareja. Hemos decidido acuñar el término coasociación porque no existe un término equivalente exacto en español. La pedagogía partnering que propone Prensky sería una pedagogía de socios o de miembros asociados.

El concepto de coasociación se apoya en un conjunto de valores, como: juego limpio, trato entre iguales, respeto mutuo, sinceridad, honradez y tolerancia.

Artìculo extraìdo de 


lunes, 18 de marzo de 2013

Antonio Gramsci


Antonio Gramsci
Tomado de “Apuntes para una introducción y preparación al estudio de la filosofía y de la historia” (pags.39-40)

“Filosofía espontánea y Filosofía como pensamiento conciente y crítico”

“Conviene destruir el prejuicio muy difundido, de que la filosofía es algo muy difícil por el hecho de ser la actividad intelectual propia de una determinada categoría de científicos especializados o filósofos profesionales y sistemáticos. Conviene por tanto demostrar de entrada que todos los hombres son “filósofos”, definiendo los límites y los caracteres de esa “filosofía espontánea”, propia de “todo el mundo”, a saber de la filosofía contenida: 1) en el lenguaje mismo, que es un conjunto de nociones y de conceptos determinados, y no sólo de palabras gramaticalmente vacías de contenido; 2) en el sentido común y en el buen sentido; 3) en la religión popular y también, por consiguiente, en todo el sistema de creencias, supersticiones, opiniones, maneras de ver y de actuar, que asoman en eso que generalmente, se llama “folklore”.
Una vez demostrado que todos son filósofos, aunque sea a su manera, inconscientemente, por el hecho de que aún en la más elemental manifestación de una actividad intelectual cualquiera, el “lenguaje”, está contenida una determinada concepción del mundo, se pasa al segundo momento, el momento de la crítica y de la conciencia, es decir, a la pregunta: ¿es preferible “pensar” sin tener conciencia crítica de ello, de manera dispersa y ocasional, esto es, participar de una concepción del mundo “impuesta” mecánicamente por el ambiente externo, o sea, por uno de tantos grupos sociales a los que uno queda automáticamente integrado desde el momento de su entrada en el mundo consciente (y que puede ser el pueblo o la provincia de uno, puede tener su origen en la parroquia o en la “actividad intelectual” del cura o del viejo patriarca cuya “sabiduría” pasa por ley, en la mujer que ha heredado la sabiduría de las brujas o en el intelectualillo avinagrado por su propia esolidez o impotencia para actuar), o es preferible elaborar la propia concepción del mundo, de manera consciente y crítica, y, por ende en función de ese esfuerzo del propio cerebro, escoger la esfera de actividad, participar activamente en la producción de la historia del mundo, ser guía de uno mismo y no aceptar ya, pasiva e inadvertidamente, el moldeamiento externo de la propia personalidad?” 

miércoles, 2 de enero de 2013

Homo videns - La sociedad teledirigida


Foto de Giovanni Sartori
Giovanni Sartori (Florencia, Italia,13 de mayo de 1924) es un investigador en el campo de la Ciencia Política, especializado en el estudio comparativo de la política. Su obra es de las más destacadas de las ciencias sociales, contando con libros fundamentales como Partidos y Sistemas de Partidos y Teoría de la Democracia. En 2005 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

En 1946, Sartori se licenció en Ciencias Sociales en la Universidad de Florencia. En Italia, empezando su trayectoria universitaria, fue docente de Filosofía Moderna, Lógica y Doctrina del Estado, entre otras materias. Impulsó la creación de la primera Facultad de Ciencia Política en Italia. Fundó en 1971 la Rivista Italiana di Scienza Politica. Ha sido profesor de las universidades de Florencia, Stanford y Columbia (donde actualmente disfruta de la condición de emérito).
Sartori fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2005, por su trabajo y la elaboración de una teoría de la democracia en la que ha estado siempre presente su «compromiso con las garantías y las libertades de la sociedad abierta». En 2009 le fue dado el Premio Karl Deutsch, de la IPSA. En 1996, la mexicana Universidad de Guadalajara le otorgó el Doctorado Honoris Causa a petición de un grupo de estudiantes del Departamento de Estudios Políticos y con motivo de sus valiosas aportaciones a la Ciencia Política. En 2007 le fue otorgado otro Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México.1 Georgetown University, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad del Salvador (Argentina) le han conferido el mismo Doctorado.
.Ver biografìa completa en Wikipedia.

 El homo sapiens, un ser caracterizado por la reflexión, por su capacidad para generar abstracciones, se está convirtiendo en un homo videns, una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende.
El proceso comienza desde la infancia. La televisión es la primera escuela del niño, en donde se educa con base en imágenes que le enseñan que lo que ve es lo único que cuenta. Así, la función simbólica de la palabra queda relegada frente a la representación visual . El niño aprende de la televisión antes que de los libros: se forma viendo y ya no lee. Dicha formación va atrofiando su capacidad para comprender, pues su mente crece ajena al concepto -que se forma y desarrolla mediante la cultura escrita y el lenguaje verbal-. De esta manera, “Los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales”.
Dejando a un lado la función de entretenimiento que la televisión tiene, Sartori se concentra en su labor formativa. No es el homo ludens el que le interesa, sino el homo videns. Si el niño crece junto al televisor, su concepción del mundo se vuelve una caricatura; conoce la realidad por medio de sus imágenes y la reduce a éstas. Su capacidad de administrar los acontecimientos que lo rodean está condicionada a lo visible: su capacidad de abstracción (de trascender, por decirlo de algún modo, lo que le dicta el ojo) es sumamente pobre, “no sólo en cuanto a palabras, sino sobre todo en cuanto a la riqueza de significado”. La imagen no tiene contenido cognoscitivo, es prácticamente ininteligible. El acto de ver anula, en este caso, el de pensar. El concepto queda sumergido entre colores, formas, secuencias y ruidos de fondo. En tanto que la asimilación de una palabra requiere del conocimiento de un lenguaje y de una lengua, la imagen, por su parte, se procesa automáticamente: se ve, y con eso es suficiente.
Por supuesto, Sartori no ignora las repercusiones políticas que acarrea el surgimiento del homo videns. Si es cierto que la democracia es el gobierno-de la opinión, y que los medios (especialmente la televisión) son, en gran medida, formadores y transmisores de la misma, entonces la importancia que adquieren como instrumentos de y del poder es enorme.
En el mundo del homo videns no hay más autoridad que la de la pantalla: el individuo sólo cree en lo que ve (o en lo que cree ver). Sin embargo, la imagen también miente; puede falsear los hechos con la misma facilidad que cualquier otro medio de comunicación, con la diferencia de que, “la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y, por tanto, más peligrosa”. Además, la propia naturaleza del espacio televisivo tiende, irremediablemente, a descontextualizar las imágenes que transmite, pues mientras se ocupa de las últimas noticias y de las imágenes más escandalosas, margina otros aspectos que aunque pueden ser más importantes que los que se ven, no son, plásticamente, tan atractivos. Lo inquietante es, pues, que el poder de la evidencia visible es contundente, ésta siempre dice lo que tiene que decir: su veredicto es irrefutable.
¿CÓMO INCIDE LA TELEVISIÓN EN NUESTRAS VIDAS Y NUESTRA FORMA DE PENSAR? ¿ESTAREMOS CRIANDO VIDEO NIÑOS INCAPACES DE ACERCARSE A UN TEXTO? Nos encontramos en plena revolución multimedia. Esta revolución está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen.Y en todo ello la televisión cumple un papel determinante. La primacía de la imagen, es decir, de lo visible sobre lo inteligible, lleva a un ver sin entender que ha aca bad o con el pen sa miento a bstracto, con las ideas claras y distintas.Y ésta es la premisa fundamental a partir de la cual Giovanni Sartori examina la vídeopolítica y el poder político de la televisión; la conversión del vídeo-niño en un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita; la formación de la opinión pública, y la cantidad de saber que pasa &emdash;y no pasa&emdash; a través de los canales de comunicación de masas. Ante el avance imparable de la edad multimedia ¿aparecerá una nueva forma de pensar, un postpensamiento acorde a la nueva cultura audiovisual?

Fragmento extraìdo de Monografìas.com donde puedes encontrar el trabajo completo
Giovani Sartori - Homo videns. La sociedad teledirigida

martes, 18 de septiembre de 2012

¿Qué es el Reggae?


El siguiente texto corresponde a un fragmento del libro " LA FILOSOFÌA DE LA DESTRUCCIÒN " del pensador uruguayo Marcel Tajch, nacido el 5 de enero de 1966 en Montevideo. Se pretende que sus aportes contribuyan constructivamente en nuestras reflexiones sobre la posibilidad de distintos modelos culturales. 

Emancipate yourselves from mental slavery 
None but ourselves can free our minds 
Have no fear for atomic energyuient
Cause none of them can stop the time
How long shall they kill our prophets
While we stand aside and look
Some say it's just a part of it
We've got to fulfill the book
Won't you help to sing, these songs of freedom
Cause all I ever had, redemption songs, 
redemption songs, redemption songs

“Redemption songs”
Bob Marley

Emanciparte de tu esclavitud mental
Nadie excepto nosotros mismos podemos liberar nuestras mentes
No tengas miedo de la energía atómica
Porque ninguno de ellos puede detener el tiempo
Cuanto tiempo más matarán a nuestros profetas
Mientras nos quedamos mirando a otro lado
Alguien dijo esto es sólo una parte,
debemos también nosotros escribir en el libro

Por que no ayudas a cantar, estas canciones de libertad
Porque es todo lo que tengo, canciones redentoras,
canciones redentoras, canciones redentoras

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¿Qué es el Reggae?





“La primera y más superficial respuesta que puedo dar, es considerar al Reggae como un tipo de música perteneciente a una determinada área del Caribe. De esta forma, lo único que lograría sería ubicarlo en el Arte y en el espacio.

El Reggae es mucho más: es una cultura, es decir, un conjunto sistemático formado por Ciencia, Arte y Pensamiento. Como se puede apreciar, me faltó el cuarto término, que es la Tecnología. ¿Por qué no la incluyo?

Porque el Reggae cree en la transformación del Hombre, no en la destrucción del medio.

Comenzaré por estudiar cual es la Ciencia que trata. Es la ciencia del Hombre, para el hombre y por el hombre. Fuera de discusión está el hecho de que se trata de una “paraciencia”, es decir, su
campo de acción está fuera del de la Ciencia actual.

Dicha ciencia contesta a la pregunta ¿qué es el hombre? Y lo hace de la siguiente manera: el hombre no es ni bueno ni malo, sino que nace con determinado potencial que le permitirá llegar a ser un “ser humano”, es decir, un ser que puede llegar a amar a otro sin poner condición alguna, sin ese peligroso juego del toma y del doy. Un ser que no espera recibir para dar.

Amar no significa la posesión de otro ser: el amar no necesita un objeto al cual aplicarse y necesariamente dominar.

El amor es la unión entre dos seres pero no termina con las diferencias que existen entre ellos, ya que el ser es singularidad dentro de la unidad, y, lo que es más importante, la singularidad no 

puede desarrollarse en un medio en el que el amor se encuentre ausente.
Ese es el hombre, el ser que no solamente nace para constituirse en un componente del sistema de producción, sino que es el ser que nace para amar y ser amado.

El Pensamiento debe ser considerado como el otro elemento de la cultura. En él se halla la finalidad del Reggae, que no es otra tarea que la liberación del hombre de las cadenas que todavía lo oprimen.

A nivel individual, es la búsqueda de tierra firme, dejando atrás todos los temores que hacen al individuo inseguro de sí mismo.

A nivel de la sociedad, es la búsqueda de una sociedad basada en la cooperación y que no encuentra sentido alguno en esa competencia que abate tantas cabezas.

A nivel internacional, es la búsqueda de la paz. Ello significa que la guerra ha de ser vista como un momento de la Historia que debe ser superado. El gran objetivo de la pacificación a nivel planetario es la formación de una comunidad en la cual el hombre sea un fin en sí mismo.

A nivel universal constituye una nueva cosmovisión, en la cual el hombre no es el tirano de la Tierra. No ha de sentirse como el Rey de todas las criaturas que por poseer dicho título hace tabla rasa con la ley. El Hombre es una criatura que debe integrarse y ponerse bajo la ley, que no es otra que la Ley de la Naturaleza. Dicha Ley permite tomar sólo LO NECESARIO Y NO AGREDIRLA NI DESTRUIRLA.

Del Arte del Reggae, puedo decir que es su columna vertebral: de ella sale ese fluido que es la esencia del hombre, es decir, su expresividad, su poder de autoidentificarse y encontrarse a sí mismo dentro de ese intercambio que supone la comunicación.

Su arte acuña un nuevo concepto de lo que son las relaciones interindividuales: de tal modo impide que el individuo sea una isla perdida en el Océano. Su mensaje nos propone la reconstrucción de dichas relaciones: dejemos de ver a nuestro vecino como un extraño del que debemos desconfiar. En realidad de lo que debemos temer es del sistema que tanto nos oprime y nos pone barreras con las cuales bloquea nuestra expresividad, impidiendo encontrarnos a nosotros mismos. Vean que no hablo en singular: el “Conócete a tí mismo” de Sócrates pasa a ser tarea de toda la comunidad.

Debemos ver a nuestro “vecino” como “otro ser”, pero como “otro ser” con las mismas necesidades que mi “Yo”. Es decir, la ecuación propone que “el yo” sea igual al “el otro”, y que ambos, en mutua cooperación satisfagan sus necesidades.

¿Cuáles son dichas necesidades?

Comer, dormir, vestirse, procrear, comunicarse y expresar la plenitud de su Ser.

Expresión y libertad hacen una pareja inseparable. Libertad significa compromiso no impuesto por una coacción externa; por el contrario es un compromiso que nace del seno de la comunidad.

Expresión es el continuo desarrollo del individuo dentro de una comunidad solidaria.

Expresión es espontaneidad, entrega sin condiciones, entrar sin esperar el turno.

No hay expresión sin Libertad, no hay libertad sin Expresión.

Esa es la búsqueda del Reggae: el intento de hacer el reino de los cielos en la Tierra. Es la lucha por el incremento de la Libertad y de la Expresividad.

Así vemos que los tres componentes de la cultura Reggae, o sea, la Ciencia, el Arte y el Pensamiento, forman un todo orgánico, es decir que cada tejido no puede vivir por sí solo, sino que depende del otro.
La célula y el órgano constituyen un todo: son la continua búsqueda de libertad.”[1]




[1] Tajch, Marcel, La Filosofía de destrucción, impreso en: Índice S. R. L., Montevideo,  (Págs. 29 a 33)