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miércoles, 4 de mayo de 2016

Cuatro euros por persona habrían salvado a tres millones de niños en 2015 Artículo de Diario.es

Un estudio basado en datos del Banco Mundial asegura que con esa inversión se habría reducido a la mitad la mortalidad infantil, neonatal y materna
Pese a la reducción de las mortalidad durante los últimos 25 años, las cifras siguen estando lejos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
Cubrir el 90% de la demanda de anticonceptivos evitaría la muerte de 67.000 madres y 913.000 niños menores de cinco años
6 millones de niños y 300.000 mujeres murieron en 2015 por enfermedades fácilmente tratables o relacionadas con el embarazo
6 millones de niños y 300.000 mujeres murieron en 2015 por enfermedades fácilmente tratables o relacionadas con el embarazo EFE.

Cuatro euros. Esa es la modesta inversión por persona y año que habría bastado, según datos del Banco Mundial, para salvar a la mitad de los 6 millones de niños menores de cinco años que murieron en 2015 de enfermedades fácilmente tratables o a las más de trescientas mil mujeres que fallecieron por complicaciones relacionadas con la maternidad o el embarazo.

Este dato es una de las conclusiones principales de un artículo publicado por la revista médica The Lancet, en el que se resumen los resultados más importantes de un estudio global llevado a cabo por el Banco Mundial. Dichos resultados sugieren que es posible salvar millones de vidas mediante la ampliación de los servicios básicos de atención sanitaria en los 74 países más pobres del planeta, en los que se producen más del 95% de las muertes maternas e infantiles cada año.

El estudio incluye detalles de varios paquetes de medidas preventivas y terapéuticas en salud materna y neonatal, reproductiva e infantil, que de haber sido aplicados durante 2015 habrían evitado la muerte de 149.000 mujeres embarazadas, 1.498.000 recién nacidos y 1.515.000 niños menores de 5 años, según el estudio. "Nuestro análisis muestra que la expansión del acceso a la atención para mantener a más madres y los niños vivos y sanos es factible, además de ser una inversión altamente rentable", aseguró Robert Black, profesor de la Universidad Johns Hopkins y líder de la investigación.

Tasas de mortalidad materna e infantil durante 2015 / Banco Mundial
Tasas de mortalidad materna e infantil durante 2015 / Banco Mundial

Para el estudio, los investigadores analizaron tres paquetes básicos que incluyen hasta 66 ejemplos de intervenciones de eficacia demostrada que podrían ser aplicadas sin un incremento excesivo del coste sanitario y que podrían ser implementadas con relativa facilidad por medio de las infraestructuras locales. Las que tendrían más impacto sobre la mortalidad incluirían, según el estudio, "el tratamiento de la malnutrición aguda, la atención del parto prematuro, la provisión de anticonceptivos y el tratamiento de infecciones graves, como la neumonía, la diarrea, la malaria y la sepsis neonatal".

El incremento anual de costes que tendría una aplicación inmediata de estas medidas sería de 5.400 millones de euros en los países de bajos ingresos, 11.000 millones en los países de ingresos medios bajos y 7.000 millones en los países de ingresos medio-alto. Lo que equivale a una inversión media por persona de poco más de 4 euros. Además, el estudio señala que la mejora de la atención sanitaria supondría un importante retorno, estimado en más de 8 veces a la inversión realizada.

La falta de anticonceptivos aumenta la mortalidad
Los investigadores destacan que el coste de la inversión no es el único problema al que hay que hacer frente, ya que las creencias religiosas y culturales a menudo impiden el acceso a métodos anticonceptivos. El documento señala que "en 2015, hasta el 12% de las mujeres casadas quisieron retrasar o evitar el embarazo pero no utilizaron ningún método anticonceptivo" y, según cifras del Banco Mundial, "se estima  que en los países en desarrollo se produjeron hasta 74 millones de embarazos no deseados en 2012".

Todos los modelos estudiados indican que la prevención del embarazo con anticonceptivos tiene un mayor impacto en la reducción de la mortalidad materna que el aborto, ya que, a pesar de que el acceso a medicamentos abortivos es cada vez más fácil, muchas mujeres siguen muriendo porque no pueden acceder un aborto seguro.

Según el estudio, si se llegara a cubrir el 90% de la demanda de anticonceptivos, el pasado año se habría evitado la muerte de 67.000 madres y 913.000 niños menores de cinco años, casi la mitad de ellos recién nacidos.

Lejos de los Objetivos del Milenio
La evolución de los datos de mortalidad en bebés, materna e infantil ha sido positiva durante los últimos años. Sin embargo, las cifras no alcanzan los  Objetivos de Desarrollo del Milenio, que los líderes mundiales se comprometieron a respaldar en septiembre del año 2000 y que pretendían una reducción de dos tercios de la mortalidad infantil y de tres cuartas partes de mortalidad materna respecto a las cifras de 1990.

Los mayores progresos se han realizado en mortalidad infantil, cuyas cifras se acercan más al objetivo propuesto, con una reducción de un 53%. Sin embargo, a nivel mundial el número total de muertes maternas disminuyó tan solo en un 43%, pasando de 532.000 en 1990 a 303.000 en 2015, la mayoría en países del África subsahariana.

Según ha asegurado a eldiario.es Blanca Carazo, responsable de programas de Unicef, "este tipo de estudios son importantes, porque nos dan una idea de que los objetivos son alcanzables", pero recuerda que "además de la disponibilidad económica, también hay una parte de voluntad política".

Carazo también señala que, si bien es cierto que los objetivos globales no se han conseguido, también hay casos de éxito. "Hay 22 países de ingresos bajos o medios bajos que sí han conseguido reducir la mortalidad infantil en dos tercios, como Nepal, Niger o Mozambique". Estos casos, asegura Carazo, "son una muestra de que aplicando las medidas adecuadas es posible salvar la vida de millones de niños".


miércoles, 2 de enero de 2013

Homo videns - La sociedad teledirigida


Foto de Giovanni Sartori
Giovanni Sartori (Florencia, Italia,13 de mayo de 1924) es un investigador en el campo de la Ciencia Política, especializado en el estudio comparativo de la política. Su obra es de las más destacadas de las ciencias sociales, contando con libros fundamentales como Partidos y Sistemas de Partidos y Teoría de la Democracia. En 2005 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

En 1946, Sartori se licenció en Ciencias Sociales en la Universidad de Florencia. En Italia, empezando su trayectoria universitaria, fue docente de Filosofía Moderna, Lógica y Doctrina del Estado, entre otras materias. Impulsó la creación de la primera Facultad de Ciencia Política en Italia. Fundó en 1971 la Rivista Italiana di Scienza Politica. Ha sido profesor de las universidades de Florencia, Stanford y Columbia (donde actualmente disfruta de la condición de emérito).
Sartori fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2005, por su trabajo y la elaboración de una teoría de la democracia en la que ha estado siempre presente su «compromiso con las garantías y las libertades de la sociedad abierta». En 2009 le fue dado el Premio Karl Deutsch, de la IPSA. En 1996, la mexicana Universidad de Guadalajara le otorgó el Doctorado Honoris Causa a petición de un grupo de estudiantes del Departamento de Estudios Políticos y con motivo de sus valiosas aportaciones a la Ciencia Política. En 2007 le fue otorgado otro Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México.1 Georgetown University, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad del Salvador (Argentina) le han conferido el mismo Doctorado.
.Ver biografìa completa en Wikipedia.

 El homo sapiens, un ser caracterizado por la reflexión, por su capacidad para generar abstracciones, se está convirtiendo en un homo videns, una criatura que mira pero que no piensa, que ve pero que no entiende.
El proceso comienza desde la infancia. La televisión es la primera escuela del niño, en donde se educa con base en imágenes que le enseñan que lo que ve es lo único que cuenta. Así, la función simbólica de la palabra queda relegada frente a la representación visual . El niño aprende de la televisión antes que de los libros: se forma viendo y ya no lee. Dicha formación va atrofiando su capacidad para comprender, pues su mente crece ajena al concepto -que se forma y desarrolla mediante la cultura escrita y el lenguaje verbal-. De esta manera, “Los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales”.
Dejando a un lado la función de entretenimiento que la televisión tiene, Sartori se concentra en su labor formativa. No es el homo ludens el que le interesa, sino el homo videns. Si el niño crece junto al televisor, su concepción del mundo se vuelve una caricatura; conoce la realidad por medio de sus imágenes y la reduce a éstas. Su capacidad de administrar los acontecimientos que lo rodean está condicionada a lo visible: su capacidad de abstracción (de trascender, por decirlo de algún modo, lo que le dicta el ojo) es sumamente pobre, “no sólo en cuanto a palabras, sino sobre todo en cuanto a la riqueza de significado”. La imagen no tiene contenido cognoscitivo, es prácticamente ininteligible. El acto de ver anula, en este caso, el de pensar. El concepto queda sumergido entre colores, formas, secuencias y ruidos de fondo. En tanto que la asimilación de una palabra requiere del conocimiento de un lenguaje y de una lengua, la imagen, por su parte, se procesa automáticamente: se ve, y con eso es suficiente.
Por supuesto, Sartori no ignora las repercusiones políticas que acarrea el surgimiento del homo videns. Si es cierto que la democracia es el gobierno-de la opinión, y que los medios (especialmente la televisión) son, en gran medida, formadores y transmisores de la misma, entonces la importancia que adquieren como instrumentos de y del poder es enorme.
En el mundo del homo videns no hay más autoridad que la de la pantalla: el individuo sólo cree en lo que ve (o en lo que cree ver). Sin embargo, la imagen también miente; puede falsear los hechos con la misma facilidad que cualquier otro medio de comunicación, con la diferencia de que, “la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y, por tanto, más peligrosa”. Además, la propia naturaleza del espacio televisivo tiende, irremediablemente, a descontextualizar las imágenes que transmite, pues mientras se ocupa de las últimas noticias y de las imágenes más escandalosas, margina otros aspectos que aunque pueden ser más importantes que los que se ven, no son, plásticamente, tan atractivos. Lo inquietante es, pues, que el poder de la evidencia visible es contundente, ésta siempre dice lo que tiene que decir: su veredicto es irrefutable.
¿CÓMO INCIDE LA TELEVISIÓN EN NUESTRAS VIDAS Y NUESTRA FORMA DE PENSAR? ¿ESTAREMOS CRIANDO VIDEO NIÑOS INCAPACES DE ACERCARSE A UN TEXTO? Nos encontramos en plena revolución multimedia. Esta revolución está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen.Y en todo ello la televisión cumple un papel determinante. La primacía de la imagen, es decir, de lo visible sobre lo inteligible, lleva a un ver sin entender que ha aca bad o con el pen sa miento a bstracto, con las ideas claras y distintas.Y ésta es la premisa fundamental a partir de la cual Giovanni Sartori examina la vídeopolítica y el poder político de la televisión; la conversión del vídeo-niño en un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita; la formación de la opinión pública, y la cantidad de saber que pasa &emdash;y no pasa&emdash; a través de los canales de comunicación de masas. Ante el avance imparable de la edad multimedia ¿aparecerá una nueva forma de pensar, un postpensamiento acorde a la nueva cultura audiovisual?

Fragmento extraìdo de Monografìas.com donde puedes encontrar el trabajo completo
Giovani Sartori - Homo videns. La sociedad teledirigida

miércoles, 9 de mayo de 2012

Triángulo de la violencia


El triángulo de la violencia es un concepto introducido por Johan Galtung para representar la relación existente entre los tres tipos de violencia que él define en su teoría: Violencia directa, violencia estructural y violencia cultural. Johan Galtung, matemático y sociólogo de origen noruego, es uno de los más importantes investigadores sobre la paz y la resolución de conflictos, fundador y co-director de Transcend,1 una reconocida red para la resolución de conflictos. Además de proponer este triángulo, Galtung ha introducido otros conceptos, como por ejemplo, «paz negativa versus paz positiva» en el debate sobre los fenómenos de la violencia y la paz.

Tipos de violencia




La violencia, según Galtung, es como un iceberg, de modo que la parte visible es mucho más pequeña que la que no se ve. De acuerdo con el autor, existirían tres tipos de violencia:
La violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde a actos de violencia.
La violencia estructural, (la peor de las tres), que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades y se concreta, precisamente, en la negación de las necesidades.
La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes. Educar en el conflicto supone actuar en los tres tipos de violencia.
A menudo, las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de violencia estructural y/o justificadas por la violencia cultural: muchas situaciones son consecuencia de un abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido, o de una situación de injusticia social (de un reparto de recursos insuficiente, de una gran desigualdad en la renta de las personas, dificultad de acceso a los servicios sociales y a la red sanitaria, etc.), y reciben el espaldarazo de discursos que justifican estas violencias.

File:Violencias.jpg

Violencia cultural
Esta forma de la violencia hace referencia a aspectos de la cultura que la legitiman a través del arte, la religión, la ciencia, el derecho, etc.
De los tres tipos de violencia (directa, estructural y cultural) la directa es clara y visible, por lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia cultural y la violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más factores, detectar su origen, prevención y remedio es más complicado.
Leer màs en .wikipedia

En el siguiente video veremos un ejemplo de violencia cultural , Proyecto Educación para la paz a través de la educación en medios. Fines educativos.

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Violencia directa
La violencia directa, física y/o verbal, es visible en forma de conductas, responde a actos de violencia y se concreta en comportamientos. Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en concreto, una persona), y quien la sufre es un ser vivo dañado o herido física o mentalmente.
Entendiendo la violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, nos referimos a un abuso de autoridad cuando alguien cree tener poder sobre otro, acto que sucede generalmente en las relaciones asimétricas. Si bien lo más visible de la violencia directa es la violencia física, manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos), no por ello es la única que se practica, puesto que toda acción destructiva contra la naturaleza también debe de entenderse como violencia directa.
Leer màs en wikipedia.
Ahora veremos un ejemplo de violencia directa. Proyecto Educación para la paz a través de la educación en medios. Fines educativos



Violencia Estructural
La violencia estructural esta originada por todo un conjunto de estructuras, tanto físicas como organizativas, que no permiten la satisfacción de las necesidades. Esta es la peor de las tres violencias (cultural, directa y estructural), porque es el origen, es la que más mata y como es muy complicado distinguirla es difícil luchar contra ella. Si en un conflicto, sistemáticamente, una parte sale ganando a costa de la otra, esto no es un conflicto sino que es violencia estructural. Por tanto, nos encontramos ante un grave problema.
Para poder responder a cuestiones como, por ejemplo, que es lo que ha ocurrido para que estalle una guerra en un país que hasta entonces habíamos creído pacífico, a inicios de la década de los años 70’ del siglo XX, Galtung  y otros desarrollaron el concepto de violencia estructural, concepto que avanza a una visión de violencia más dinámica y más invisible definiéndolo así: “aquello que provoca que las realizaciones efectivas, somáticas y mentales, de los seres humanos estén por debajo de sus realizaciones potenciales”.
El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que se produce un daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o libertad) como resultado de los procesos de estratificación social, por tanto, no hay la necesidad de violencia directa. El término violencia estructural remite a la existencia de un conflicto entre dos o más grupos sociales (normalmente caracterizados en términos de género, etnia, clase nacionalidad, edad u otros) en el que el reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos es resuelto sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en perjuicio de las demás, debido a los mecanismos de estratificación social.
Leer mas en .wikipedia.
y ahora veremos un ejemplo de violencia estructural,video utilizado con fines educativos. Educación para la paz y educación en medios . Trailer de la película La duda



Ver artìculo completo en .wikipedia.  
Ver artìculo Revista paz y conflictos sobre Teoria de conflictos de Johan Galtung  aquì

martes, 27 de marzo de 2012

Reflexionamos sobre la IMPUTABILIDAD.


Aquí les dejamos la reflexión del escritor uruguayo contemporáneo Ignacio Martínez, como un aporte para la elaboración de nuestras opiniones sobre uno de los temas que tanto nos preocupa...y que está tan mediatizado en nuestra sociedad...¿Cómo estamos pensando este problema?

El fantasma del miedo...
Nuestra sociedad está enferma. Los EEUU dicen que están siendo atacados, invadidos. La defensa de sus intereses equivale a poder invadir cualquier rincón del mundo. La seguridad nacional es prioridad. El terrorismo es el principal enemigo. La psicosis se impone y entonces hay que invertir en gastos militares y todo se justifica en aras de la protección de los intereses de la sociedad estadounidense.
Aquí no estamos tan lejos. El síndrome de la inseguridad gana terreno. Los malos “son los menores infractores”. Así se los denomina como si fueran así. No cometen infracciones o están en infracción. No. “Son infractores”, es decir,  ser menor o joven o pobre o mulato o habitante de zonas rojas, ya de por sí determina que “sean” infractores, (viejo problema entre los verbos “Ser” y “Estar” que ¡oh sorpresa!, en inglés son el mismo verbo).
Nadie los incorpora a la inseguridad. Ellos, los chicos malos, no están en la inseguridad. En la inseguridad estamos nosotros, los buenos, los que estamos expuestos a ser atacados, robados, rapiñados, asesinados. Ellos, los malos, no. No están expuestos a nada. Ni al hambre, ni a la soledad, ni al rechazo, ni a la desintegración, ni a la violación, ni al golpe, ni al desmadre y al despadre, ni a la incertidumbre, ni a la droga, ni al ninguneo. Ellos, los chicos malos, están seguros en algún lugar del cosmos. Nosotros somos los pobres inseguros. Por eso nos tenemos que defender y se impone rebajarles la edad para imputarlos, penalizarlos, castigarlos. ¿A qué edad? No importa. Primero a 16 años, luego a 14, después a 12 y tal vez algún día a cualquier edad porque la escalerita descendente sigue hasta aplastarlos como cucarachas.      
Esta es la lógica de gente como Bordaberry que cree que se nace ladrón o asesino o drogadicto y esquiva el bulto. Él no es responsable de nada. Él es la pobre víctima expuesta a las inmundicias de estos menores infractores. Junta firmas para bajar la edad y procesar a un chiquilín de dieciséis años como a cualquier adulto. La frontera hoy es esa. Mañana pueda ser cualquier otra. No junta firmas para más recursos para el INAU y más Educadores Sociales y más formación al personal de ese instituto y más profesionales de multidisciplinas. No junta firmas para cerrar las fronteras externas e internas a todo tipo de droga, incrementando recursos y creando una policía especializada para arrancarles la cabeza a los peces gordos. No junta firmas para terminar con las armas que se pueden comprar por ahí nomás, en cualquier feria. No junta firmas para más educación a esos jóvenes expuestos, vulnerables, víctimas de una sociedad que les revienta la vida. No junta firmas para sacarlos de sus ambientes perniciosos y darles trabajo, educación, otro horizonte. Darío me dijo una vez “Ignacio, si no tenés para darle de comer a tus hermanos chicos y a tu vieja, ¿qué hacés?” y se fue para “su casa” que quedaba en los semáforos de 3 Cruces. 
Hay que hacer cosas. Sí, claro. Pero no es juntar firmas para reprimir. Su lógica es: más represión, más tensión social, más violencia. Nuestra lógica es: más atención, más oportunidades, más perspectivas de cambio. 
Nadie nace infractor. Quizá el mismo Pedro no estaría haciendo lo que hace si hubiera nacido en otro entorno. Si hubiera nacido en un hogar de docentes o dentistas, que ayudan a formar y a sanar, en lugar de pedir más represión, estaría firmando una nota como esta. 
Ignacio Martínez 

lunes, 6 de febrero de 2012

El terror en Michael Taussig y Jean Baudrillard

Del estado de emergencia al  No evento
Maximiliano E. Korstanje

Tanto el antropólogo australiano Michael Taussig como el filósofo francés Jean Baudrillard se destacan por sus contribuciones al ámbito académico en materia del grado de manipulación que puede sufrir una sociedad cuando experimenta terror. Los hombres se hacen más vulnerables y maleables cuando se les impone miedo. No obstante, el miedo no es unilineal sino que envuelve a todos los actores involucrados. Dominador, y dominado se encuentran emparentados por el terror político. El miedo ha tomado, en nuestra era, y gracias a los medios masivos de información un carácter estético y reflexivo en donde nadie se encuentra psicológicamente a salvo. La seguridad, en este sentido, se ha transformado en un bien preciado de cambio, se vende, se intercambia y compra seguridad como hace siglos atrás lo hacían con la felicidad. El mundo jerárquico en donde existe un Leviatán que por medio del temor impone autoridad se ha desdibujado para dar lugar a una nueva sociedad en donde la tragedia constante prima sobre el orden. Taussig y Baudrillard son conscientes que la concatenación de imágenes catastróficas o de Estado-de-emergencia conllevan a la idea de un orden en-el-des (orden).

Leer màs en Revista Psikeba