A lo largo de todos los tiempos, los hombres de las sociedades prehistóricas o primitivas (sin escritura) se han organizado de muy diversos modos. Existen dos grandes teorías para explicar el porqué de esta variedad.
Teorías en conflicto
La primera, defendida por antropólogos como A. Gilman o C. Tilley, supone que los primeros estados aparecieron por una saturación de las agrupaciones primitivas igualitarias. Estos estados, enclavados en zonas geográficamente limitadas (valles entre montañas, por ejemplo), no pudieron compensar el aumento de su población mediante un aumento de la producción de alimentos. Esto produjo una importante crisis que obligó a controlar la producción mediante un complejo sistema de alianzas cuya cúspide coronaba el rey y jefe militar.
La segunda teoría, defendida por autores como E. Service y M. Fried, dice que el paso de una organización simple a otra más compleja se produjo de manera natural (por evolución natural). Según esta teoría, en un primer estadio existían las organizaciones más simples, las bandas, formadas por pequeños grupos nómadas, unidas por el parentesco y sin jerarquía social. Después, gracias a la aparición de la agricultura y el pastoreo, nacieron las tribus, un nuevo estadio natural.
Un segundo grado, pues, lo ocuparon las tribus con una economía productora. Dentro de las tribus, los individuos se dividían en pequeños linajes de parentesco con jefes ocasionales de cargo no hereditario, basado en el prestigio (big men). Las tribus se asentaron de manera estable con viviendas aisladas o agrupadas en pequeños poblados.
En un tercer estadio se formaron las jefaturas cuya organización social aún se basaba en el parentesco con una jerarquía de linajes según la cercanía a antepasados comunes. En esta fase, el clan de mayor prestigio lo representaba el jefe o cacique que acumulaba los excedentes para repartirlos entre sus familiares. En el momento en que los jefes acumulaban grandes excedentes podían mantener a los artesanos para que les proporcionasen productos de prestigio para intercambiar con otros jefes.
En un cuarto estadio apareció el estado como evolución natural de las jefaturas. Los reyes de estado tenían un mayor poder que los caciques de las jefaturas y podían imponer una legislación y utilizar la fuerza militar. Su área de influencia era mucho mayor. Con el estado apareció una nueva agrupación de viviendas, la ciudad, y con ella, el urbanismo.
El orgullo de darEn algunas tribus primitivas se utiliza un sistema de regulación social curioso: el moka o potlatch, basado en el intercambio de bienes. Por ejemplo, entre los caciques o big man de Papua Nueva Guinea se celebra una serie de donativos cruzados entre rivales. El juego comienza cuando un big man da un regalo, generalmente cerdos, a otro big man al que desea superar socialmente. Cuando el segundo recibe el regalo, queda en deuda y tiene unos años para superar la cuantía de la primera donación y devolverla al primero. Al devolverla, la deuda se mantiene hasta que uno de los big man rivales no puede superar la cantidad. El perdedor queda definitivamente relegado a una posición social inferior a la de su contrincante.El big man que efectúa el regalo ha reunido su donativo a través de pequeños canjes con sus seguidores, por lo que su riqueza también depende del prestigio social entre su comunidad. De este modo, hay seguidores que, por el motivo que sea, pueden decidir canjear sus bienes con el rival de manera que fortaleciendo a uno debilitan al otro. En el caso del potlach, los regalos se realizan en el decurso de una fiesta donde se evidencia la riqueza del anfitrión. Generalmente las fiestas se celebran con ocasión de eventos familiares como el nacimiento de un niño. |
Imagen: South Pacific Tourism Organisation
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