Del estado de emergencia al No evento
Maximiliano E. Korstanje
Tanto el antropólogo australiano Michael Taussig como el filósofo francés Jean Baudrillard se destacan por sus contribuciones al ámbito académico en materia del grado de manipulación que puede sufrir una sociedad cuando experimenta terror. Los hombres se hacen más vulnerables y maleables cuando se les impone miedo. No obstante, el miedo no es unilineal sino que envuelve a todos los actores involucrados. Dominador, y dominado se encuentran emparentados por el terror político. El miedo ha tomado, en nuestra era, y gracias a los medios masivos de información un carácter estético y reflexivo en donde nadie se encuentra psicológicamente a salvo. La seguridad, en este sentido, se ha transformado en un bien preciado de cambio, se vende, se intercambia y compra seguridad como hace siglos atrás lo hacían con la felicidad. El mundo jerárquico en donde existe un Leviatán que por medio del temor impone autoridad se ha desdibujado para dar lugar a una nueva sociedad en donde la tragedia constante prima sobre el orden. Taussig y Baudrillard son conscientes que la concatenación de imágenes catastróficas o de Estado-de-emergencia conllevan a la idea de un orden en-el-des (orden).
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lunes, 6 de febrero de 2012
sábado, 31 de diciembre de 2011
Leonardo Boff Ecologìa
El filòsofo brasileño Leonardo Boff nos hace reflexionar acerca del presente y futuro de la Tierra:
Ecología ambiental
Esta primera vertiente se preocupa del medio ambiente, para que no sea excesivamente desfigurado, de la calidad de vida, y de la preservación de las especies en vía de extinción. Ve la naturaleza fuera del ser humano y de la sociedad. Busca nuevas tecnologías menos contaminantes, privilegiando soluciones técnicas. Esta postura es importante porque busca corregir los excesos de la voracidad del proyecto industrial mundial, que siempre implica altos costes ecológicos.
Si no cuidamos el planeta como un todo podemos poner en grave riesgo de destrucción partes de la biosfera y, al límite, inviabilizar la propia vida del planeta.
en español
en portuguès
Ecología social
La segunda -ecología social- no quiere sólo el medio ambiente, quiere el ambiente entero. Inserta al ser humano y a la sociedad dentro de la naturaleza. No se preocupa únicamente de embellecer la ciudad con mejores avenidas, plazas o playas más atractivas, prioriza también el saneamiento básico, una buena red de escuelas y un servicio de salud decente. La injusticia social significa violencia contra el ser más complejo y singular de la creación, que es el ser humano, hombre y mujer. Él es parte y parcela de la naturaleza. La ecología social propugna un desarrollo sostenible, que atiende a las carencias de los seres humanos de hoy sin sacrificar el capital natural de la Tierra, tomando también en consideración las necesidades de las generaciones del mañana, que tienen derecho a satisfacerse y a heredar una Tierra habitable, con relaciones humanas mínimamente justas. Pero el tipo de sociedad construida en los últimos 400 años impide realizar un desarrollo sostenible. Es energívora, ha montado un modelo de desarrollo que saquea sistemáticamente todos los recursos de la Tierra, y explota la fuerza de trabajo.
En el imaginario de los fundadores de la sociedad moderna el desarrollo se movía entre dos infinitos: el infinito de los recursos naturales y el infinito del desarrollo hacia el futuro. Pero dichos presupuestos han revelado ser una ilusión. Los recursos no son infinitos, la mayoría se está agotando, principalmente el agua potable y los combustibles fósiles. Y el tipo de desarrollo lineal y creciente hacia el futuro no es universalizable. Por lo tanto no es infinito. Si las familias chinas quisieran tener los automóviles de las familias norteamericanas, China se convertiría en un inmenso estacionamiento. No habría suficiente combustible y nadie podría moverse.
Carecemos de una sociedad sostenible que encuentre para sí el desarrollo viable que satisfaga las necesidades de todos. El bienestar no podrá ser solamente social, tendrá que ser sociocósmico. Deberá atender a los demás seres de la naturaleza, como las aguas, las plantas, los animales, los microorganismos, pues todos juntos constituyen la comunidad planetaria en la que nos incluimos y sin ellos nosotros no podríamos vivir.
Ecología mental
La tercera -la ecología mental- llamada también ecología profunda, sostiene que las causas del déficit de la Tierra se deben al tipo de sociedad que actualmente tenemos y al tipo de mentalidad predominante, cuyas raíces remontan a épocas anteriores a nuestra historia moderna, incluyendo la profundidad de la vida psíquica humana consciente e inconsciente, personal y arquetípica. En nosotros existen instintos de violencia, voluntad de dominio, arquetipos sombríos que nos alejan de la benevolencia con relación a la vida y a la naturaleza. Dentro de la mente humana se originan los mecanismos que nos llevan a la guerra contra la Tierra. Y se expresan mediante una categoría: el antropocentrismo. El antropocentrismo considera al ser humano rey/reina del universo. Los demás seres tienen sentido si ordenados al ser humano; están ahí para su disfrute. Esta interpretación rompe con la ley más universal: la solidaridad cósmica. Todos los seres son interdependientes y viven dentro de una intrincadísima red de relaciones. Todos son importantes.
No es posible que alguno sea rey/reina y se considere independiente, sin necesidad de los otros. La moderna cosmología nos enseña que todo tiene que ver con todo en todos los momentos y en todas las circunstancias. El ser humano olvida esa intrincada red de relaciones. Se aleja de ella y se sitúa sobre las cosas, en lugar de sentirse al lado y con ellas en una inmensa comunidad planetaria y cósmica. Es necesario recuperar las actitudes de veneración y respeto a la Tierra.
Eso solamente se conseguirá si primero rescatamos la dimensión de lo femenino en el hombre y en la mujer. Por lo femenino el ser humano se abre al cuidado, se sensibiliza por la profundidad misteriosa de la vida y recupera su capacidad de maravillarse. Lo femenino ayuda a rescatar la dimensión de lo sagrado. Lo sagrado impone siempre límites a la manipulación del mundo, pues da origen a la veneración y al respeto, fundamentales para salvaguardar la Tierra. Crea la capacidad de re-ligar todas las cosas a su fuente creadora que es el Creador y Ordenador del universo. De esta capacidad religadora nacen todas las religiones. Hoy precisamos revitalizar las religiones para que cumplan su función religadora.
Ecología integral
Finalmente, la cuarta –ecología integral- parte de una nueva visión de la Tierra, inaugurada por los astronautas a partir de los años 60, cuando se lanzaron las primeras naves tripuladas. Ellos vieron la Tierra desde afuera. Desde la nave espacial o desde la Luna, la Tierra –según el testimonio de varios de ellos- aparece como un resplandeciente planeta azul-blanco que cabe en la palma de la mano y puede esconderse detrás del dedo pulgar. Desde esa perspectiva, Tierra y seres humanos emergen como una misma entidad. El ser humano es la propia Tierra que siente, piensa, ama, llora y venera. La Tierra surge como el tercer planeta de un sol, uno de los 100 mil millones de soles de nuestra galaxia, que es a su vez una entre 100 mil millones de otras del universo, universo que posiblemente es uno entre otros paralelos y distintos al nuestro. Y nosotros, seres humanos, hemos evolucionado hasta el punto de poder estar aquí para hablar de todo esto, sintiéndonos ligados y religados a todas estas realidades. Todo caminó con una precisión capaz de permitir nuestra existencia aquí y ahora. De no ser así no estaríamos aquí.
Los cosmólogos, gracias a la astrofísica, la física cuántica, la nueva biología, en una palabra a las ciencias de la Tierra, nos hacen ver que todo el universo se encuentra en cosmogénesis. Es decir, está todavía en génesis, constituyéndose y naciendo, formando un sistema abierto, capaz siempre de nuevas adquisiciones y expresiones. Por lo tanto nada está acabado y nadie ha terminado de nacer. Por eso tenemos que tener paciencia con el proceso global, unos con otros, y con nosotros mismos, pues nosotros humanos también estamos en proceso de antropogénesis, de formación y de nacimiento. En la cosmogénesis y la antropogénesis sucedieron tres grandes emergencias: (1) la complejidad/diferenciación,(2) la auto-organización/conciencia, (3) la religación/relación de todo con todo. A partir de su primer momento, después del Big-bang, la evolución ha ido creando seres cada vez más diferentes y complejos (1). Cuanto más complejos más se auto-organizan, mostrando mayor interioridad y niveles más altos de conciencia (2) hasta llegar a la conciencia refleja en el ser humano. El universo, pues, como un todo posee profundidad espiritual. Para estar en el ser humano, el espíritu estaba antes en el universo. Ahora emerge en nosotros como conciencia refleja y amorización. Y cuanto más complejo y consciente, más se relaciona y se re-liga (3) con todas las cosas, haciendo que el universo sea realmente uni-verso, una totalidad orgánica, dinámica, diversa, tensa y armónica, un cosmos y no un caos.
Las cuatro interacciones existentes, la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil constituyen los principios rectores del universo, de todos os seres, también de los seres humanos. La galaxia más distante se encuentra sometida a la acción de estas cuatro energías primordiales, lo mismo que la hormiga que camina por mi mesa y las neuronas del cerebro humano con el que hago estas reflexiones. Todo se mantiene religado en un equilibrio dinámico, abierto, pasando por el caos que es siempre generativo, pues propicia un nuevo equilibrio más alto y complejo, desembocando en un orden rico en nuevas potencialidades.
Ecología ambiental
Esta primera vertiente se preocupa del medio ambiente, para que no sea excesivamente desfigurado, de la calidad de vida, y de la preservación de las especies en vía de extinción. Ve la naturaleza fuera del ser humano y de la sociedad. Busca nuevas tecnologías menos contaminantes, privilegiando soluciones técnicas. Esta postura es importante porque busca corregir los excesos de la voracidad del proyecto industrial mundial, que siempre implica altos costes ecológicos.
Si no cuidamos el planeta como un todo podemos poner en grave riesgo de destrucción partes de la biosfera y, al límite, inviabilizar la propia vida del planeta.
en español
en portuguès
Ecología social
La segunda -ecología social- no quiere sólo el medio ambiente, quiere el ambiente entero. Inserta al ser humano y a la sociedad dentro de la naturaleza. No se preocupa únicamente de embellecer la ciudad con mejores avenidas, plazas o playas más atractivas, prioriza también el saneamiento básico, una buena red de escuelas y un servicio de salud decente. La injusticia social significa violencia contra el ser más complejo y singular de la creación, que es el ser humano, hombre y mujer. Él es parte y parcela de la naturaleza. La ecología social propugna un desarrollo sostenible, que atiende a las carencias de los seres humanos de hoy sin sacrificar el capital natural de la Tierra, tomando también en consideración las necesidades de las generaciones del mañana, que tienen derecho a satisfacerse y a heredar una Tierra habitable, con relaciones humanas mínimamente justas. Pero el tipo de sociedad construida en los últimos 400 años impide realizar un desarrollo sostenible. Es energívora, ha montado un modelo de desarrollo que saquea sistemáticamente todos los recursos de la Tierra, y explota la fuerza de trabajo.
En el imaginario de los fundadores de la sociedad moderna el desarrollo se movía entre dos infinitos: el infinito de los recursos naturales y el infinito del desarrollo hacia el futuro. Pero dichos presupuestos han revelado ser una ilusión. Los recursos no son infinitos, la mayoría se está agotando, principalmente el agua potable y los combustibles fósiles. Y el tipo de desarrollo lineal y creciente hacia el futuro no es universalizable. Por lo tanto no es infinito. Si las familias chinas quisieran tener los automóviles de las familias norteamericanas, China se convertiría en un inmenso estacionamiento. No habría suficiente combustible y nadie podría moverse.
Carecemos de una sociedad sostenible que encuentre para sí el desarrollo viable que satisfaga las necesidades de todos. El bienestar no podrá ser solamente social, tendrá que ser sociocósmico. Deberá atender a los demás seres de la naturaleza, como las aguas, las plantas, los animales, los microorganismos, pues todos juntos constituyen la comunidad planetaria en la que nos incluimos y sin ellos nosotros no podríamos vivir.
Ecología mental
La tercera -la ecología mental- llamada también ecología profunda, sostiene que las causas del déficit de la Tierra se deben al tipo de sociedad que actualmente tenemos y al tipo de mentalidad predominante, cuyas raíces remontan a épocas anteriores a nuestra historia moderna, incluyendo la profundidad de la vida psíquica humana consciente e inconsciente, personal y arquetípica. En nosotros existen instintos de violencia, voluntad de dominio, arquetipos sombríos que nos alejan de la benevolencia con relación a la vida y a la naturaleza. Dentro de la mente humana se originan los mecanismos que nos llevan a la guerra contra la Tierra. Y se expresan mediante una categoría: el antropocentrismo. El antropocentrismo considera al ser humano rey/reina del universo. Los demás seres tienen sentido si ordenados al ser humano; están ahí para su disfrute. Esta interpretación rompe con la ley más universal: la solidaridad cósmica. Todos los seres son interdependientes y viven dentro de una intrincadísima red de relaciones. Todos son importantes.
No es posible que alguno sea rey/reina y se considere independiente, sin necesidad de los otros. La moderna cosmología nos enseña que todo tiene que ver con todo en todos los momentos y en todas las circunstancias. El ser humano olvida esa intrincada red de relaciones. Se aleja de ella y se sitúa sobre las cosas, en lugar de sentirse al lado y con ellas en una inmensa comunidad planetaria y cósmica. Es necesario recuperar las actitudes de veneración y respeto a la Tierra.
Eso solamente se conseguirá si primero rescatamos la dimensión de lo femenino en el hombre y en la mujer. Por lo femenino el ser humano se abre al cuidado, se sensibiliza por la profundidad misteriosa de la vida y recupera su capacidad de maravillarse. Lo femenino ayuda a rescatar la dimensión de lo sagrado. Lo sagrado impone siempre límites a la manipulación del mundo, pues da origen a la veneración y al respeto, fundamentales para salvaguardar la Tierra. Crea la capacidad de re-ligar todas las cosas a su fuente creadora que es el Creador y Ordenador del universo. De esta capacidad religadora nacen todas las religiones. Hoy precisamos revitalizar las religiones para que cumplan su función religadora.
Ecología integral
Finalmente, la cuarta –ecología integral- parte de una nueva visión de la Tierra, inaugurada por los astronautas a partir de los años 60, cuando se lanzaron las primeras naves tripuladas. Ellos vieron la Tierra desde afuera. Desde la nave espacial o desde la Luna, la Tierra –según el testimonio de varios de ellos- aparece como un resplandeciente planeta azul-blanco que cabe en la palma de la mano y puede esconderse detrás del dedo pulgar. Desde esa perspectiva, Tierra y seres humanos emergen como una misma entidad. El ser humano es la propia Tierra que siente, piensa, ama, llora y venera. La Tierra surge como el tercer planeta de un sol, uno de los 100 mil millones de soles de nuestra galaxia, que es a su vez una entre 100 mil millones de otras del universo, universo que posiblemente es uno entre otros paralelos y distintos al nuestro. Y nosotros, seres humanos, hemos evolucionado hasta el punto de poder estar aquí para hablar de todo esto, sintiéndonos ligados y religados a todas estas realidades. Todo caminó con una precisión capaz de permitir nuestra existencia aquí y ahora. De no ser así no estaríamos aquí.
Los cosmólogos, gracias a la astrofísica, la física cuántica, la nueva biología, en una palabra a las ciencias de la Tierra, nos hacen ver que todo el universo se encuentra en cosmogénesis. Es decir, está todavía en génesis, constituyéndose y naciendo, formando un sistema abierto, capaz siempre de nuevas adquisiciones y expresiones. Por lo tanto nada está acabado y nadie ha terminado de nacer. Por eso tenemos que tener paciencia con el proceso global, unos con otros, y con nosotros mismos, pues nosotros humanos también estamos en proceso de antropogénesis, de formación y de nacimiento. En la cosmogénesis y la antropogénesis sucedieron tres grandes emergencias: (1) la complejidad/diferenciación,(2) la auto-organización/conciencia, (3) la religación/relación de todo con todo. A partir de su primer momento, después del Big-bang, la evolución ha ido creando seres cada vez más diferentes y complejos (1). Cuanto más complejos más se auto-organizan, mostrando mayor interioridad y niveles más altos de conciencia (2) hasta llegar a la conciencia refleja en el ser humano. El universo, pues, como un todo posee profundidad espiritual. Para estar en el ser humano, el espíritu estaba antes en el universo. Ahora emerge en nosotros como conciencia refleja y amorización. Y cuanto más complejo y consciente, más se relaciona y se re-liga (3) con todas las cosas, haciendo que el universo sea realmente uni-verso, una totalidad orgánica, dinámica, diversa, tensa y armónica, un cosmos y no un caos.
Las cuatro interacciones existentes, la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil constituyen los principios rectores del universo, de todos os seres, también de los seres humanos. La galaxia más distante se encuentra sometida a la acción de estas cuatro energías primordiales, lo mismo que la hormiga que camina por mi mesa y las neuronas del cerebro humano con el que hago estas reflexiones. Todo se mantiene religado en un equilibrio dinámico, abierto, pasando por el caos que es siempre generativo, pues propicia un nuevo equilibrio más alto y complejo, desembocando en un orden rico en nuevas potencialidades.
lunes, 19 de diciembre de 2011
POSTMODERNIDAD
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sábado, 17 de diciembre de 2011
Nietzsche y el sufrimiento
El documental trata sobre la visión de Friedrich Nietzsche del sufrimiento, el fracaso y las dificultades de la vida, basada en su popular cita: “lo que no te mata te hace más fuerte”.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
INTRODUCCION A LA FILOSOFIA
Son interesantes las siguientes presentaciones power point:
Introducciòn a la Filosofìa
El problema antropològico
Introducciòn a la Filosofìa
El problema antropològico
jueves, 3 de noviembre de 2011
LIBROS ABIERTOS
Hoy inauguramos una sección literaria, que hemos denominado LIBROS ABIERTOS,
que nos permitirà acercarnos a distintos escritores de todos los tiempos.
Hoy recordaremos a nuestro admirado Mario Benedetti para tenerlo siempre presente.
Hagamos un trato escrito y narrado por Mario Benedetti.
Hagamos un trato Mario Benedetti cantado por Joan Manuel Serrat
No te rindas
Zapping de Siglos escrito y narrado por Mario Benedetti ( audio )
Para profundizar màs acerca de Mario Benedetti pincheaquì
martes, 1 de noviembre de 2011
Éticas de Aristóteles
l Toda acción humana busca siempre algún bien: el médico busca el bien de la salud; el soldado busca la victoria; el marino, la buena navegación; el comerciante, la riqueza...
2 En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco -honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad. Previamente es necesario, sin precipitación y sin negligencia, determinar en qué consiste vivir bien, y bajo qué condiciones se alcanza esa meta. Se reconoce sin duda que la felicidad es el mayor y el mejor de los bienes humanos. Pero, ¿en qué consiste lo mejor?
3 Casi todo el mundo llama felicidad al máximo bien que se puede conseguir, pero nadie sabe exactamente en qué consiste ese máximo bien. Unos creen que es el placer, la riqueza o los honores. Otros piensan que es otra cosa. A menudo, la misma persona cambia de opinión y, cuando está enferma, piensa que la felicidad es la salud; si es pobre, la riqueza; si es inculta, la cultura.
4 No vamos a examinar todas las opiniones, pues no es sensato tomar en serio las simplezas que a veces piensan los niños, los enfermos y los locos. Tonterías que no necesitan argumentos sino tiempo, medicina o castigo. También es inútil examinar la opinión de la masa, pues ella habla al azar sobre casi todo, y especialmente sobre la felicidad. Hemos de examinar solamente la opinión de los sabios.
5 Y en estas cuestiones hemos de contentarnos con llegar a verdades toscas y esquemáticas, pues no se puede pedir el mismo rigor en todas las materias: tan absurdo sería aceptar de un matemático la persuasión como exigir de un retórico demostraciones. Así que intentaremos convencer por medio de argumentos, presentando los hechos observados a modo de prueba y ejemplo. Y desde juicios verdaderos pero oscuros, llegaremos a juicios más claros.
6 Las tres opiniones más cualificadas son las que hacen consistir la felicidad en la prudencia, la virtud y el placer. También se admite que pueda ser consecuencia de las tres cosas, o de dos de ellas.
7 En cualquier caso, dado que la felicidad es lo mejor para el hombre, habría que averiguar qué significa ser hombre. Lo mejor para el músico, para el escultor y para el artesano es realizar bien su actividad. Ahora bien, ¿hay una actividad propia del hombre como tal? No puede ser la vida, pues todos los animales y vegetales viven. En cambio, la vida dirigida por la razón es específica del hombre.
8 Y como lo propio y principal del hombre es la razón, la vida conforme a la razón será la más feliz.
9 Además, el que cultiva su inteligencia parece ser el mejor y el más amado de los dioses. Pues si los dioses, según creemos, se cuidan de las cosas humanas, será lógico que estimen lo más afín a ellos, y lo más afín es la inteligencia. Por consiguiente, el que cultiva la sabiduría será el más amado de los dioses, y probablemente el más feliz.
10 Lo que está claro es que la felicidad no está en la diversión, y que sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.
11 Nuestra naturaleza también necesita salud, alimento y otros cuidados, pero el que quiera ser feliz no necesitará esos bienes exteriores en gran número y calidad, pues con recursos moderados se puede practicar la virtud. Solón describía al hombre feliz provisto de recursos suficientes, viviendo con templanza y realizando las acciones más nobles. También Anaxágoras pensaba que el hombre feliz no necesitaba ser rico y poderoso.
12 Personalmente estoy de acuerdo con quienes piensan que la felicidad consiste en la virtud, sin olvidar lo que decíamos antes: que necesitamos bienes materiales, pues es muy difícil hacer algo cuando se carece de recursos. Y entre esos recursos, los amigos y las riquezas. Y como esto no depende totalmente de nosotros, está claro que la felicidad requiere cierta buena suerte.
13 En este sentido, si algo es un don divino, más debe serlo la felicidad, puesto que es la mejor de las cosas humanas.
14 En cualquier caso, la felicidad no debe ir a remolque de la buena o mala fortuna, porque entonces no tendría fundamento sólido, y el hombre sería como un camaleón. Debe asentarse en una vida guiada por la virtud, capaz de crecerse en la adversidad, del mismo modo que el buen general es capaz de lograr la victoria en circunstancias muy adversas.
Les dejo dos videos correspondientes al programa Mentira la verdad
del Canal Encuentro de la Repùblica Argetina dedicado a la felicidad.
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