sábado, 31 de diciembre de 2011

Leonardo Boff Ecologìa

El filòsofo brasileño Leonardo Boff  nos hace reflexionar acerca del presente y futuro de la Tierra: 


Ecología ambiental
Esta primera vertiente se preocupa del medio ambiente, para que no sea excesivamente desfigurado, de la calidad de vida, y de la preservación de las especies en vía de extinción. Ve la naturaleza fuera del ser humano y de la sociedad. Busca nuevas tecnologías menos contaminantes, privilegiando soluciones técnicas. Esta postura es importante porque busca corregir los excesos de la voracidad del proyecto industrial mundial, que siempre implica altos costes ecológicos.

Si no cuidamos el planeta como un todo podemos poner en grave riesgo de destrucción partes de la biosfera y, al límite, inviabilizar la propia vida del planeta.

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Ecología social
La segunda -ecología social- no quiere sólo el medio ambiente, quiere el ambiente entero. Inserta al ser humano y a la sociedad dentro de la naturaleza. No se preocupa únicamente de embellecer la ciudad con mejores avenidas, plazas o playas más atractivas, prioriza también el saneamiento básico, una buena red de escuelas y un servicio de salud decente. La injusticia social significa violencia contra el ser más complejo y singular de la creación, que es el ser humano, hombre y mujer. Él es parte y parcela de la naturaleza. La ecología social propugna un desarrollo sostenible, que atiende a las carencias de los seres humanos de hoy sin sacrificar el capital natural de la Tierra, tomando también en consideración las necesidades de las generaciones del mañana, que tienen derecho a satisfacerse y a heredar una Tierra habitable, con relaciones humanas mínimamente justas. Pero el tipo de sociedad construida en los últimos 400 años impide realizar un desarrollo sostenible. Es energívora, ha montado un modelo de desarrollo que saquea sistemáticamente todos los recursos de la Tierra, y explota la fuerza de trabajo.

En el imaginario de los fundadores de la sociedad moderna el desarrollo se movía entre dos infinitos: el infinito de los recursos naturales y el infinito del desarrollo hacia el futuro. Pero dichos presupuestos han revelado ser una ilusión. Los recursos no son infinitos, la mayoría se está agotando, principalmente el agua potable y los combustibles fósiles. Y el tipo de desarrollo lineal y creciente hacia el futuro no es universalizable. Por lo tanto no es infinito. Si las familias chinas quisieran tener los automóviles de las familias norteamericanas, China se convertiría en un inmenso estacionamiento. No habría suficiente combustible y nadie  podría moverse.

Carecemos de una sociedad sostenible que encuentre para sí el desarrollo viable que satisfaga las necesidades de todos. El bienestar no podrá ser solamente social, tendrá que ser sociocósmico. Deberá atender a los demás seres de la naturaleza, como las aguas, las plantas, los animales, los microorganismos, pues todos juntos constituyen la comunidad planetaria en la que nos incluimos y sin ellos nosotros no podríamos vivir.






Ecología mental
La tercera -la ecología mental- llamada también ecología profunda, sostiene que las causas del déficit de la Tierra se deben al tipo de sociedad que actualmente tenemos y al tipo de mentalidad predominante, cuyas raíces remontan a épocas anteriores a nuestra historia moderna, incluyendo la profundidad de la vida psíquica humana consciente e inconsciente, personal y arquetípica. En nosotros existen instintos de violencia, voluntad de dominio, arquetipos sombríos que nos alejan de la benevolencia con relación a la vida y a la naturaleza. Dentro de la mente humana se originan los mecanismos que nos llevan a la guerra contra la Tierra. Y se expresan mediante una categoría: el antropocentrismo. El antropocentrismo considera al ser humano rey/reina del universo. Los demás seres tienen sentido si ordenados al ser humano; están ahí para su disfrute. Esta interpretación rompe con la ley más universal: la solidaridad cósmica. Todos los seres son interdependientes y viven dentro de una intrincadísima red de relaciones. Todos son importantes.

No es posible que alguno sea rey/reina y se considere independiente, sin necesidad de los otros. La moderna cosmología nos enseña que todo tiene que ver con todo en todos los momentos y en todas las circunstancias. El ser humano olvida esa intrincada red de relaciones. Se aleja de ella y se sitúa sobre las cosas, en lugar de sentirse al lado y con ellas en una inmensa comunidad planetaria y cósmica. Es necesario recuperar las actitudes de veneración y respeto a la Tierra.

Eso solamente se conseguirá si primero rescatamos la dimensión de lo femenino en el hombre y en la mujer. Por lo femenino el ser humano se abre al cuidado, se sensibiliza por la profundidad misteriosa de la vida y recupera su capacidad de maravillarse. Lo femenino ayuda a rescatar la dimensión de lo sagrado. Lo sagrado impone siempre límites a la manipulación del mundo, pues da origen a la veneración y al respeto, fundamentales para salvaguardar la Tierra. Crea la capacidad de re-ligar todas las cosas a su fuente creadora que es el Creador y Ordenador del universo. De esta capacidad religadora nacen todas las religiones. Hoy precisamos revitalizar las religiones para que cumplan su función religadora.



Ecología integral
Finalmente, la cuarta –ecología integral- parte de una nueva visión de la Tierra, inaugurada por los astronautas a partir de los años 60, cuando se lanzaron las primeras naves tripuladas. Ellos vieron la Tierra desde afuera. Desde la nave espacial o desde la Luna, la Tierra –según el testimonio de varios de ellos- aparece como un resplandeciente planeta azul-blanco que cabe en la palma de la mano y puede esconderse detrás del dedo pulgar. Desde esa perspectiva, Tierra y seres humanos emergen como una misma entidad. El ser humano es la propia Tierra que siente, piensa, ama, llora y venera. La Tierra surge como el tercer planeta de un sol, uno de los 100 mil millones de soles de nuestra galaxia, que es a su vez una entre 100 mil millones de otras del universo, universo que posiblemente es uno entre otros paralelos y distintos al nuestro. Y nosotros, seres humanos, hemos evolucionado hasta el punto de poder estar aquí para hablar de todo esto, sintiéndonos ligados y religados a todas estas realidades. Todo caminó con una precisión capaz de permitir nuestra existencia aquí y ahora. De no ser así no estaríamos aquí.

Los cosmólogos, gracias a la astrofísica, la física cuántica, la nueva biología, en una palabra a las ciencias de la Tierra, nos hacen ver que todo el universo se encuentra en cosmogénesis. Es decir, está todavía en génesis, constituyéndose y naciendo, formando un sistema abierto, capaz siempre de nuevas adquisiciones y expresiones. Por lo tanto nada está acabado y nadie ha terminado de nacer. Por eso tenemos que tener paciencia con el proceso global, unos con otros, y con nosotros mismos, pues nosotros humanos también estamos en proceso de antropogénesis, de formación y de nacimiento. En la cosmogénesis y la antropogénesis sucedieron tres grandes emergencias: (1) la complejidad/diferenciación,(2) la auto-organización/conciencia, (3) la religación/relación de todo con todo. A partir de su primer momento, después del Big-bang, la evolución ha ido creando seres cada vez más diferentes y complejos (1). Cuanto más complejos más se auto-organizan, mostrando mayor interioridad y niveles más altos de conciencia (2) hasta llegar a la conciencia refleja en el ser humano. El universo, pues, como un todo posee profundidad espiritual. Para estar en el ser humano, el espíritu estaba antes en el universo. Ahora emerge en nosotros como conciencia refleja y amorización. Y cuanto más complejo y consciente, más se relaciona y se re-liga (3) con todas las cosas, haciendo que el universo sea realmente uni-verso, una totalidad orgánica, dinámica, diversa, tensa y armónica, un cosmos y no un caos.

Las cuatro interacciones existentes, la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil constituyen los principios rectores del universo, de todos os seres, también de los seres humanos. La galaxia más distante se encuentra sometida a la acción de estas cuatro energías primordiales, lo mismo que la hormiga que camina por mi mesa y las neuronas del cerebro humano con el que hago estas reflexiones. Todo se mantiene religado en un equilibrio dinámico, abierto, pasando por el caos que es siempre generativo, pues propicia un nuevo equilibrio más alto y complejo, desembocando en un orden rico en nuevas potencialidades.





lunes, 19 de diciembre de 2011

POSTMODERNIDAD


POSTMODERNIDAD

Joan García del Muro i Solans *
En: S. Fernández Burillo – J. García del Muro Historia de la Filosofía,
Lérida, 1998, cap. 33.I, pp. 397 ss.

SITUACIONISMO. MAYO DEL 68. NOUVEAUX PHILOSOPHES. POSTMODERNIDAD

I. SITUACIONISMO

La Internacional Situacionista

La Internacional Situacionista constituyó entre 1957 y 1972 un grupo de filósofos, arquitectos, pintores, críticos y activistas políticos que desde diversas perspectivas y con diversas técnicas, plantearon el interrogante sobre el papel del hombre y la cultura en la sociedad de consumo de postguerra. Desde una perspectiva radicalmente crítica e inconformista, cuestionaron el orden social a través de libros, octavillas, proyectos arquitectónicos, collages y películas que invitaban a subvertir el orden establecido. Influenciados por el Movimiento Letrista, el Movimiento Internacional por la Bauhaus Imaginista y el grupo Cobra, proponen una conexión entre filosofía, arquitectura y cultura artística. Su proyecto más ambicioso y más conocido es la New Babilonia, la ciudad nómada de Constant. Artistas como Guy Debord Asger Jorn o Giuseppe Pinot-Gallizio cooperaron en el proyecto de la Gesantkunstwerk, la ciudad-museo, la obra de arte total.

Desde el punto de vista estrictamente filosófico, el peso específico de los situacionistas, más que por los desarrollos teóricos en sí mismos, sobrevino por la excesiva influencia que ejercieron en la revuelta estudiantil de París en mayo de 1968. Los teóricos del Situacionismo son Guy Debord, (La sociedad del espectáculo) y Raoul Vanergen (Tratado del saber vivir para las jóvenes generaciones). La idea esencial es la falsedad de la sociedad de consumo. Nuestra sociedad es un puro espectáculo, es decir, apariencia. Los situacionistas proponen rebelarse contra esta sociedad de la apariencia y rechazar sus valores establecidos que nos impiden vivir una vida auténtica. Es una lucha contra el consumismo y las seducciones engañosas. Ante la falsa realidad del espectáculo reivindican el valor de la propia vida y la toma de las propias decisiones.

La utopía situacionista consiste en pretender la creación situaciones nuevas que subviertan el orden establecido, ya sea el social, el artístico, el moral, el familiar, el ciudadano, el político, el docente, etc.

II. PARÍS, MAYO DE 1968

La experiencia revolucionaria de la primavera parisina fue una sorpresa para todos (parece que sólo los situacionistas habían vaticinado una explosión semejante). Los intelectuales y teóricos sociales no fueron capaces de explicar qué era lo que estaba sucediendo (todavía hoy las versiones que aparecen son tan dispares que parecen hablar de acontecimientos diferentes): Vietnam, Guerra Fría, desencanto del Comunismo Soviético, carencia de perspectivas laborales. El esquema marxista –el más adecuado para interpretar un fenómeno de este tipo- no valía, sus esquemas de lucha de clases e insurrección proletaria, no se correspondían con lo que estaba pasando, ya que la reivindicación no era tanto económica como vital, subjetiva e incluso estética (la metodología marxista se veía incapaz de interpretar slogans como "bajo los adoquines hay una playa", "la imaginación al poder", "no queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre se compense con la garantía de morir de aburrimiento"). Como dice Albiac: "no sólo los padres del Partido Comunista Francés habían perdido pie, también los hermanos mayores habían perdido pie. Quedaba sólo un lazarillo sin historia. Hablaba por los micrófonos de las unidades móviles de radio: "¡A divertirse!". La política saltaba hecha añicos. Y con ella, muchos de los "mitos intocables" de la filosofía moderna.

III. LES NOUVEAUX PHILOSOPHES

Provenientes de la izquierda radical –Marxismo y Maoismo- y participantes activos en la revolución estudiantil del 68, una vez restaurado el orden establecido, adoptaron el calificativo –más bien publicitario- de "nuevos filósofos" y destacaron por su desencanto ante el marxismo. Su filosofía es pesimista, la utopía liberadora en la cual habían depositado sus esperanzas les había mostrado su rostro de terror. "No ha sido suficiente que Solszenitzin hablara para despertarnos del sueño dogmático" afirma Lévy.

Con marcada radicalidad, su crítica al totalitarismo marxista tiene como rasgo más original la identificación entre Comunismo y Totalitarismo. No es que el Stalinismo y el Comunismo Soviético en general, fuesen una pésima aplicación del Marxismo, no; es la propia teoría marxista, que lleva implícitos, en sí misma, los desarrollos totalitarios.

Los más importantes autores de este movimiento son: Bernard Henry-Lévy (N. 1948) La barbarie con rostro humano, Jean-Marie Benoist (N. 1942), Marx ha muerto y André Glucksmann (N. 1937), Los maestros pensadores. No tienen un cuerpo doctrinal común, sólo una consciencia de ocupar el lugar que ocuparon, años antes, el Estructuralismo y el Marxismo (las filosofías de sus maestros). Por eso, los nuevos filósofos fueron duramente criticados por los "filósofos oficiales" que dominaban la cultura francesa de la década de los 70. Derrida, Deleuze y los principales autores marxistas se han ocupado especialmente en desacreditarlos.

Al margen de su crítica a los totalitarismos, cabe señalar algo más en común: la desconfianza y aversión hacia todas las estructuras de poder, que consideran potencialmente totalitarias; junto con el rechazo del materialismo marxista que les lleva a defender un cierto espiritualismo en filosofía, que califican de "nostalgia de la Trascedencia".

IV. POSTMODERNIDAD

Postmodernos..., ¿o el escepticismo «de siempre»?

La postmodernidad es una corriente filosófica muy reciente que se "describe" (?) como una superación de la modernidad. El rasgo esencial de las diferentes corrientes postmodernas es el abandono de los "viejos" ideales modernos. La caracterización del postmodernismo depende, pues, de la previa caracterización de la modernidad. Pero –anota Vattimo- si todas las variantes de la modernidad compartían un rasgo, era el hecho de que consideraban valor positivo el hecho de ser "moderno", el valor de la novedad por la novedad, el progreso por el progreso, incapaz de detenerse, pues entonces dejaría de ser novedad. Tal como lo ha formulado Baudelaire, la modernidad es "lo que es transitorio, lo efímero y lo contingente". Ahora bien, si lo más valorado es la originalidad; si lo nuevo y lo último es siempre lo mejor, no cabe permanencia alguna. En ese contexto, términos como "reaccionario" (partidario de conservar los valores del pasado) son despectivos, casi ofensivos.

Los postmodernos pertenecen a la generación de la desilusión respecto a los grandes mitos de la modernidad, por eso protagonizan lo que se ha calificado como "la revolución contra los padres del pensamiento moderno" (los ilustrados, Descartes, Locke, Kant, Hegel, y Marx) y sus dogmas más sagrados: la razón, la emancipación, y , sobre todo, el progreso, el ideal ilustrado del progreso, puestos seriamente en duda. La gran aportación más seria del pensamiento postmoderno reside más en sus críticas que en sus elaboraciones propias.

Paralelamente muestran una cierta pérdida de confianza en la razón y en el discurso conceptualizador, así como desilusión entorno al exagerado optimismo ilustrado, racionalista, y al cientifismo decimonónico. Ante las pretensiones conceptualizadoras y "cosificadoras" de la razón moderna, ellos proponen una nueva humildad que adquiere la forma de "pensamiento débil" (Váttimo), "pensamiento cansado" (Bataille), "deconstrucción" (Derrida), "juegos lingüísticos" o rechazo de cualquier "metanarrativa" (Lyotard). En vez de globalización proponen la diferencia, lo que es aleatorio, el Otro, lo que es contingente, irreductible, indeterminado, impensable, la discontinuidad, la diseminación.

Es razonable, por tanto, que en el contexto de la postmodernidad se defienda el abandono de la Metafísica. La Metafísica habría llegado a su fin. Hemos de aceptar su ausencia y acostumbrarnos a vivir sin ella, a vivir sin la pretensión explicativa y fundamentadora de la Metafísica. Lo más propio de nuestro tiempo, afirma Váttimo, es la postmetafísica. Vivimos en la época del "pensamiento débil". Una vez haya sido constatada la inutilidad, la absurdidad del esfuerzo filosófico, no resta otra cosa que abandonar esa vía muerta. Las "grandes descripciones" de la realidad, no son verdaderamente explicativas ni iluminan la existencia, sino todo lo contrario. Es necesario darse cuenta de que la temática filosófica no puede comprenderse ni explicarse con éxito. Sus laberintos conceptuales no tienen salida.

La postmodernidad transmite en su conjunto una cierta ansiedad. La excesiva modestia de una razón –"cansada"- que se siente incapaz de reflexionar sobre los grandes temas y se conforma con pequeños segmentos, con minúsculas y fragmentarias certezas, conlleva la renuncia de la razón a emprender grandes empresas.

Ahora bien, ¿no cabe objetar -en los tiempos que corren- que no parece muy sensato renunciar a preguntarse por la justicia y la rectitud, por la legitimidad del poder, por la verdad y la felicidad, por la dignidad y el valor, por el bien y los derechos humanos...?


LOS AUTORES

1. Jean BAUDRILLARD. Código y Simulación.

Jean Baudrillard (N. 1929). Polémico pensador nacido en Reims. Su último escándalo ha sido negar la existencia de la Guerra del Golfo Pérsico. Su tema es el de la Simulación y la Realidad. Sus obras más conocidas: La Sociedad de Consumo (1970), Simulacros y simulaciones (1981) y La Guerra del Golfo no ha existido (1991). Suele ser clasificado de post-estructuralista ya que su pensamiento muestra una clara dependencia del estructuralismo más clásico en cuanto a conceptos utilizados ("signo", "sistema", "diferencia"), aunque se aleja de éste en sus conclusiones. Los temas fundamentales de su pensamientos son: el análisis de la sociedad de consumo con sus valores simbólicos, y la noción de código aplicada a todos los ámbitos de la vida social.

La Sociedad de Consumo.
Baudrillard considera la teoría del valor de Marx como excesivamente simplificadora de la realidad social y por eso la critica. Marx, como es sabido, hablaba de dos tipos de valor: El valor de uso y el valor de cambio. Baudrillard los considera insuficientes, afirma que en una sociedad de consumo el más importante es el valor simbólico, irreductible tanto al de uso como al de cambio. En una sociedad de este tipo el objeto se convierte en signo y su valor depende de la simbología (por ejemplo, el anillo de compromiso que se regala). De esta forma el consumo depende del tipo de vida y de los valores en que se basa la simbología:ya no hay necesidades primarias universales que satisfacer, el consumo se basa en el código de los signos.

La noción de "código", sirve a Baudrillard para interpretar la realidad social. Si bien no define explícitamente qué entiende por código, está claro que toma como modelo el código genético, el ADN, o bien el código binario de la programación informática. El aspecto más fecundo de esta noción es quelegitima la distinción entre original y copia , la reproducción ya no se distingue del original, es el original (en genética, el tejido producido según el código no es copia de un original, sino tejido original). El código marca nuestra época y nuestra sociedad: vivimos en el mundo de la reproducción y la simulación reversible, donde lo que es real no se distingue de lo que es virtual y los lugares se hacen intercambiables: útil-inútil, verdadero-falso, naturaleza-cultura, bello-feo (a la moda), izquierda-derecha (política). La era de la simulación generalizada representa en definitiva la aniquilación de cualquier esencia, de cualquier concepto fundamental en la realidad e incluso de cualquier reflexión histórica (el fin de la historia). Nos hallamos así abocados "a la simulación, a la incertidumbre radical sobre la verdad, sobre la realidad misma del devenir".

2. Jean François LYOTARD. Incredulidad respecto a las "metanarrativas".

Jean François Lyotard (1924-1998), autor polifacético que se dedicó principalmente a la estética y a la política. Fue marxista hasta los 50 años –la década de los 80-, cuando comenzó a criticar el totalitarismo marxista. Sus obras más importantes: La condición postmoderna (1979) y La Diferencia (1983).

La condición postmoderna introduce, para criticarlo, el concepto de "meta-narrativas" o narrativas exteriores a la propia esfera de competencia de la disciplina en cuestión. La meta-narrativa ofrece una explicación global y globalizadora desde fuera que intenta justificar: a) el vínculo social; b) el papel de la ciencia; c) el valor del conocimiento. La meta-narrativa viene a suministrar un objetivo y una legitimación a la acción , a la ciencia y a la estructura y las relaciones sociales. La filosofía, la religión, los sistemas éticos y las ideologías políticas son ejemplos de estos grandes cuentos de la modernidad que legitiman un proyecto corrupto.

A la presunción de la narrativa externa, Lyotard contrapone la imposibilidad de la legitimación por meta-narrativas, que no son otra cosa que "juegos lingüísticos" al estilo de Wittgenstein. La ciencia, en concreto, no se justifica por narraciones desarraigadas de ella misma, sino que se legitima como un "juego" cuyas reglas son inmanentes al juego mismo. No hace falta ir más allá ("meta"), es preciso renunciar a una explicación trascendente y conformarse con un juego que de modo arbitrario se propone a sí mismo sus propias reglas (una "regla" inmanente al propio juego de la ciencia, por ejemplo, es: "sólo son científicas las afirmaciones descriptivas").

Por lo que se refiere a la ciencia, otra teoría característica de Lyotard es el llamado principio de performatividad, que podría resumirse con la fórmula "conocimiento es poder". La investigación científica nunca es inocente y pura, anda siempre estrechamente ligada a la voluntad de dominio y a los medios materiales. Es ésta una visión totalmente desmitificadora, pesimista y ansiosa de la ciencia: el éxito, la verdad y la justicia suelen ser resultado de la investigación que maneja más presupuestos. El más poderoso siempre tiene la razón.

En La Diferencia, Lyotard insiste en su rechazo a las explicaciones universales y afirma que en las cuestiones de historia, de arte, de política, de lenguaje y de sociología, no hay un universo único, sino una pluralidad de ellos. Por esto, no se abordan por medio de argumentos universales o sintetizadores, sino por medio de aproximaciones regionales y autónomas. En caso de reducir todo el discurso a un solo género, como tradicionalmente se ha hecho, estamos suprimiendo el "diferenciado", las formas diferentes e irreductibles de pensar y actuar: "un permanente intentar hacerse testigo de aquello que no se puede escribir". En vez de totalizar y universalizar, Lyotard habla de "régimen de frases" y "géneros de discurso", donde cada frase representa un universo, un mundo independiente. No hay un universo único, sino infinidad de universos plurales, no asimilables al discurso único.

No hay pues, posibilidad de encontrar espacios de comunicación universales entre los distintos juegos que constituyen un "pluralismo heteromorfo" que convierte en absurdo –"sospechoso y anticuado", afirma Lyotard- cualquier intento para establecer unas reglas universales del juego que permitan un consenso.

A modo de reflexión final se podría cuestionar si el muy loable afán de Lyotard por respetar la diferencia, tal como lo indica el término, ¿no debilita radicalmente la posibilidad de comunicación interpersonal y, en consecuencia, de la propia diferencia?


3. Gilles DELEUZE. El pensamiento horizontal.

Giles Deleuze. (N.1925). Nacido en París, sus obras principales: Diferencia y Repetición (1968), Qué es filosofía (1991), Conversaciones (1994).

Deleuze quiere situarse dentro de la tradición crítica de la filosofía. El objeto de su crítica es lo que llama pensamiento vertical, que se inicia con Platón y ocupa buena parte de la filosofía occidental. La verticalidad se caracteriza por elprincipio de identidad, por establecer una identidad entre la idea y la realidad, por reducir la multiplicidad y hetereogeneidad de las cosas a la unidad cerrada del concepto. El racionalismo moderno (Hegel) constituye la culminación de esta tendencia que atribuye a la razón la potestad de posicionarse en un lugar "elevado" (verticalidad) y decidir qué son las cosas. El pensamiento vertical resuelve cualquier diferencia en una identidad racional superior. El pensar vertical ha consistido en anular cualquier diferencia. Al pensamiento vertical Deleuze contrapone, basándose en Nietzsche, el pensamiento horizontal, que abandona el mito identitario de "Él mismo" por defender el principio de la diferencia: lo que es múltiple, diferente, marginal, "Otro". Este es un pensamiento que no pretende imponer su propio orden a lo real, más bien mostrar su irreductibilidad, su diferencia. No se refugia en esencia, principios, fundamentos o criterios de objetividad; lo que intenta es mostrar aquello que escapa al modelo ideal de la razón moderna. Es en este sentido que el pensamiento horizontal se denomina también "pensamiento nómada".

Características del pensamiento horizontal:

- La diferencia, que ya no es dada en el interior de una identidad, sino que está en el singular, en lo irreductible. Califica a Nietzsche como "filósofo de la diferencia".

- La individualidad no es copia de un modelo ideal, sino devenir, repetición.

Ahistoricidad. El filósofo que piensa sale de la historia del pensamiento y entra en el "desierto".

- Actúa de acuerdo sólo con sus propias normas y conceptos.

Ajerárquico y relativo: sólo hay valores subjetivos, la horizontalidad excluye la posibilidad de remontarse a una objetividad superior.


4. Jacques DERRIDA. Crítica del logocentrismo.

Jacques Derrida (n. 1930). Pensador francés de origen judío y argelino. Sus obras: De la gramatología (1967), La escritura y la diferencia (1967), La deconstrucción a las fronteras de la filosofía (1993).

Derrida considera que la filosofía, a lo largo de su historia, ha cometido el error de hacerse logocéntrica, de interpretar la realidad de forma reductiva como si se adaptase completamente a los estrechos márgenes del "logos" humano. El exponente más explícito de esta tendencia es la célebre fórmula hegeliana "lo que es real es racional y lo que es racional es real". Derrida atribuye –de una manera un poco gratuita- el origen de esta tendencia a la lógica identitaria de Aristóteles, a la que considera no apta para reflejar la complejidad y heterogeneidad constitutiva de lo que es real.

Su método es la "deconstrucción", que consiste en analizar la lógica de la identidad a lo largo de la historia de la filosofía y poner al descubierto las paradojas y contradicciones que en ellas se originan. El objetivo que persigue con la deconstrucción es tomar consciencia de las deficiencias y enormes carencias de la conceptualización. Pero –aunque parezca extraño- Derrida no propone un abandono de la filosofía, sino sólo un nuevo modo no logocéntrico de hacer filosofía. Le parece esencial conservar la creatividad de la filosofía. Y lo hará reivindicando, frente al logocentrismo del lenguaje oral, la escritura.

La filosofía occidental ha menospreciado la escritura y se ha basado siempre en el habla, ha sido un "fonocentrismo", un privilegiar la consciencia y sus contenidos ideales contraponiéndolos al mundo exterior. Ha olvidado la referencia a lo que es real para centrarse en el contenido ideal que manifiesta el lenguaje, el significado interior. Derrida reivindica la escritura, donde no hay un significado único ni una verdad exclusiva, sino una pluralidad de significados.

En lugar de la conceptualización, que él cree incapaz de reflejar la individualidad de lo que es real, Derrida propone la filosofía de la "Différance".Différance" es un término intraducible que Derrida inventó en 1968 después de estudiar a fondo las teorías del lenguaje de Saussure. En concreto, Derrida opina que la definición del lenguaje como un "sistema de diferencias sin términos positivos" no ha sido suficientemente desarrollado por el propio Saussure ni por los estructuralistas. Si a las diferencias les faltan términos positivos es que no pueden conceptualizarse, no pueden traducirse a conceptos. Por eso utiliza el neologismo "differance", para distinguirla de la diferencia conceptualizable en términos positivos, la "diferencia" de la lógica de la identidad (la diferencia de la definción aristotélica: "género más diferencia específica"). La "differance", por el contrario, posee el doble sentido de "diferenciar-se" y diferir o "ponerse al día en el tiempo", es lo que está más allá, lo que es irreductible al pensamiento, lo que rehuye completamente la conceptualización.

5. Gianni VATTIMO. El pensamiento débil.

Gianni Vattimo (n. 1936), teoriza contra una metafísica objetivadora que intenta interpretar y buscar el fundamento de la realidad. Es lo que él denomina un "sujeto fuerte", detrás del cual se oculta un afán de dominación, de imponer su propia objetividad al objeto. Es preciso acabar con la "tiranía objetivante" del pensamiento, de la objetividad y del fundamento. Es preciso renunciar a la búsqueda del fundamento y la objetividad y conformarse con lo que poseemos, un "pensamiento débil" incapaz de acceder a leyes o criterios objetivos.

Las características propias del sujeto débil son: a) "el vagabundeo incierto”, la inseguridad y la experiencia del error, el desinterés respecto a lo que es fundamental y objetivo, "el error incierto"; b) el esteticismo fruitivo, una especie "de estetización general de la vida", un gozar de lo que es fáctico, nuevo e imprevisible. La vida humana viene a ser una especie de experimento sin fundamento.

Una posible crítica a Váttimo proviene de su excesiva debilitación del sujeto: el sujeto débil viene a ser, en definitiva, un sujeto acrítico, amnésico, sin criterios ni fundamento y, por esto, fácilmente manipulable por el poder político, mediático o ideológico.

6. Jean-Paul DOLLÉ. Lo impensado.

Jean-Paul Dollé (n. 1939), filósofo francés, surge del mayo del 68, radicalmente antimarxista, sus obras principales son: Vía de acceso al placer. Una metafísica(1977) L"odeur de la France (1977). Interpreta el pensamiento occidental como una metafísica y esto –para él- quiere decir una filosofía conceptual, una filosofía en la cual el único valor es lo abstracto, lo inteligible, lo universal. La califica como "filosofía de la noche", es decir, oscura, tenebrosa. Nuestros sistemas filosóficos en lugar de "iluminar", o "aclarar" la existencia, lo que consiguen es "oscurecerla", "ennegrecerla". Utilizar el método conceptual es como salir a admirar los colores de las flores en plena noche, como recorrer las salas de una exposición de pinturas en la más completa oscuridad.

Intentar aprehender conceptualmente la realidad es como apagar la luz antes de entrar a ver los cuadros. Los términos genéricos no son aptos para aprehender el ser. Por esto Dollé designa el ser como lo "impensado", es decir, como lo que no puede ser pensado, que no se puede aferrar mediante conceptos, lo que nunca podrá ser sustituido por un concepto. Por ello, para indagar el ser, Dollé propone otras vías alternativas a la filosofía, como son la poesía o el mito. Tal como lo hacían los griegos antes del momento, nefasto, en que intentaron sustituir el mito por el "logos".

7. Conclusión: ¿Volvemos a Kojève?

El "nervio" de las teorías postmodernas es su crítica al racionalismo y al estructuralismo. Crítica lúcida en muchos aspectos. La parte más problemática se encuentra en la alternativa postmoderna a la estructura y al sistema. Una vez se han desmontado las estructuras, una vez se han deconstruido los edificios conceptuales, ¿qué es lo que nos queda?

El horizonte es de una humildad sorprendente, que parece crear una atmósfera desencantada y molesta: el sujeto "débil", los "regímenes de frases", que imposibilitan la articulación de un discurso global, la "pluralidad de universos éticos" aislados, el sujeto "acrítico", la "simulación", la "incerteza en torno a la realidad del acontecimiento", el "esteticismo fruitivo", el pensamiento "amnésico", el "vagabundeo incierto", el "considerar sospechoso y anticuado cualquier intento por establecer unas reglas de juego universales", la "ausencia de criterios objetivos", el "pluralismo heteromorfo", los "géneros de discurso", la "imposibilidad de un consenso mínimo".

En definitiva, la imposibilidad de llegar a establecer unos valores que fueran el fundamento de una actitud recia y comprometida, un fondo teórico en el que repose el compromiso personal, ético, social e incluso, político.

Hemos de reconocer, sin embargo, que muchos de los pensadores postmodernos han estado comprometidos en causas humanitarias y en defensa de la justicia, pero me parece que su pensamiento teórico no conduce de suyo a esta praxis, más bien parece que nos llevaría a George Bataille quien, desde su teoría del pensamiento cansado se posiciona tan sólo en defensa de lo que sea lúdico, del juego y de la diversión absolutamente despreocupada de lo que no sea ella misma. Dejémonos de preocupaciones y compromisos, ya que "es evidente que el mundo es una pura parodia".

Lo cual nos retrotraería al último Kojève, quien, desde unos presupuestos "hegelianos" totalmente diferentes de los postmodernos, llegó a la conclusión de que el fin de la historia sobreviene con la sociedad del "snobismo".

Alexandre Kojève (1902-1968) explicaba la Fenomenología del espíritu en la Sorbona, pero al volver de su célebre viaje a Extremo Oriente, pronosticó el tipo de sociedad al que nos hemos dirigido, una sociedad preocupada hasta el extremo por la buena educación, por las formas sociales y la exquisitez, pero en la que faltan los contenidos, en la que no hay valores bajo de los gestos. Lo que importará no serán ya los grandes valores éticos del pasado (justicia, libertad, dignidad...) sino la insustancialidad de los convencionalismos, el cuidado de las formas. La vida fácil de la apariencia.

En un mundo en que los filósofos defiendan un pensamiento débil y cansado, los dictadores y los manipuladores de toda índole están de enhorabuena.

* Joan García de Muro i Solans (n. 1961), es profesor agregado de bachillerato (Instituto Mercedes Rodoreda, Hospitalet de Llobregat), es doctor en filosofía, y premio extraordinario de doctorado por la Universidad de Barcelona. Ha publicado: Azar, necesidad y finalidad, (1990), Ser y conocer (1992), colabora en revistas y congresos internacionales.


Agregamos el  video de Filosofìa Aquì y Ahora sobre los Posmodernos que nos ayudarà a comprender el  tema






sábado, 17 de diciembre de 2011

Nietzsche y el sufrimiento

El documental trata sobre la visión de Friedrich Nietzsche del sufrimiento, el fracaso y las dificultades de la vida, basada en su popular cita: “lo que no te mata te hace más fuerte”.






jueves, 3 de noviembre de 2011

LIBROS ABIERTOS
Hoy inauguramos una sección literaria, que hemos denominado LIBROS ABIERTOS,
que nos permitirà acercarnos a distintos escritores de todos los tiempos.
Hoy recordaremos a nuestro admirado Mario Benedetti para tenerlo siempre presente.

Hagamos un trato escrito y narrado por Mario Benedetti.



Hagamos un trato Mario Benedetti cantado por Joan Manuel Serrat

No te rindas

Zapping de Siglos  escrito y narrado por Mario Benedetti ( audio )





Para profundizar màs acerca de Mario Benedetti  pincheaquì




martes, 1 de noviembre de 2011


Éticas de Aristóteles

l Toda acción humana busca siempre algún bien: el médico busca el bien de la salud; el soldado busca la victoria; el marino, la buena navegación; el comerciante, la riqueza...

2 En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco -honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad. Previamente es necesario, sin precipitación y sin negligencia, determinar en qué consiste vivir bien, y bajo qué condiciones se alcanza esa meta. Se reconoce sin duda que la felicidad es el mayor y el mejor de los bienes humanos. Pero, ¿en qué consiste lo mejor?

3 Casi todo el mundo llama felicidad al máximo bien que se puede conseguir, pero nadie sabe exactamente en qué consiste ese máximo bien. Unos creen que es el placer, la riqueza o los honores. Otros piensan que es otra cosa. A menudo, la misma persona cambia de opinión y, cuando está enferma, piensa que la felicidad es la salud; si es pobre, la riqueza; si es inculta, la cultura.
4 No vamos a examinar todas las opiniones, pues no es sensato tomar en serio las simplezas que a veces piensan los niños, los enfermos y los locos. Tonterías que no necesitan argumentos sino tiempo, medicina o castigo. También es inútil examinar la opinión de la masa, pues ella habla al azar sobre casi todo, y especialmente sobre la felicidad. Hemos de examinar solamente la opinión de los sabios.

5 Y en estas cuestiones hemos de contentarnos con llegar a verdades toscas y esquemáticas, pues no se puede pedir el mismo rigor en todas las materias: tan absurdo sería aceptar de un matemático la persuasión como exigir de un retórico demostraciones. Así que intentaremos convencer por medio de argumentos, presentando los hechos observados a modo de prueba y ejemplo. Y desde juicios verdaderos pero oscuros, llegaremos a juicios más claros.

6 Las tres opiniones más cualificadas son las que hacen consistir la felicidad en la prudencia, la virtud y el placer. También se admite que pueda ser consecuencia de las tres cosas, o de dos de ellas.

7 En cualquier caso, dado que la felicidad es lo mejor para el hombre, habría que averiguar qué significa ser hombre. Lo mejor para el músico, para el escultor y para el artesano es realizar bien su actividad. Ahora bien, ¿hay una actividad propia del hombre como tal? No puede ser la vida, pues todos los animales y vegetales viven. En cambio, la vida dirigida por la razón es específica del hombre.

8 Y como lo propio y principal del hombre es la razón, la vida conforme a la razón será la más feliz.

9 Además, el que cultiva su inteligencia parece ser el mejor y el más amado de los dioses. Pues si los dioses, según creemos, se cuidan de las cosas humanas, será lógico que estimen lo más afín a ellos, y lo más afín es la inteligencia. Por consiguiente, el que cultiva la sabiduría será el más amado de los dioses, y probablemente el más feliz.

10 Lo que está claro es que la felicidad no está en la diversión, y que sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.

11 Nuestra naturaleza también necesita salud, alimento y otros cuidados, pero el que quiera ser feliz no necesitará esos bienes exteriores en gran número y calidad, pues con recursos moderados se puede practicar la virtud. Solón describía al hombre feliz provisto de recursos suficientes, viviendo con templanza y realizando las acciones más nobles. También Anaxágoras pensaba que el hombre feliz no necesitaba ser rico y poderoso.

12 Personalmente estoy de acuerdo con quienes piensan que la felicidad consiste en la virtud, sin olvidar lo que decíamos antes: que necesitamos bienes materiales, pues es muy difícil hacer algo cuando se carece de recursos. Y entre esos recursos, los amigos y las riquezas. Y como esto no depende totalmente de nosotros, está claro que la felicidad requiere cierta buena suerte.

13 En este sentido, si algo es un don divino, más debe serlo la felicidad, puesto que es la mejor de las cosas humanas.

14 En cualquier caso, la felicidad no debe ir a remolque de la buena o mala fortuna, porque entonces no tendría fundamento sólido, y el hombre sería como un camaleón. Debe asentarse en una vida guiada por la virtud, capaz de crecerse en la adversidad, del mismo modo que el buen general es capaz de lograr la victoria en circunstancias muy adversas.


Les dejo dos videos correspondientes al programa Mentira la verdad 
del Canal Encuentro de la Repùblica Argetina dedicado a la felicidad.








jueves, 27 de octubre de 2011



BIOGRAFIA

JOSÉ LUIS REBELLATO (1946 - 1999)

José Luis nació en la ciudad de Canelones, capital del departamento del mismo nombre, primer hijo de una familia católica. A los 14 años inició sus estudios en el Seminario de los Salesianos. Se graduó en Estudios Superiores de Filosofía en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma donde su maestro, Giulio Girardi, lo introdujo en una teología comprometida y en un marxismo crítico gramsciano. José Luis encontró allí el compromiso que nunca abandonaría y se formó en el análisis riguroso, el estudio sistemático y permanente que siempre lo caracterizarían.
Su vuelta al Uruguay coincidió con el período de auge del movimiento popular y la derrota que significó la dictadura militar, y fue allí, en medio del dolor, la represión y la búsqueda, que se introdujo de lleno en la Educación Popular hasta ser el más reconocido educador popular de nuestro medio.
José Luis era el encargado de la Pastoral Juvenil en la ciudad de Melo, pero fue suspendido en sus funciones y se fue a vivir a un pequeño y pobre barrio de la periferia, donde realizó una experiencia de vida que lo marcaría para siempre. Sin la protección de la Iglesia, en medio de la pobreza, con la represión en aumento y sin referentes políticos, hubo de reconstituir y reconstruir su vida entera, su razón y su corazón. Y así lo hizo, saliendo fortalecido de la experiencia.
Del grupo de jóvenes que José orientaba, varios fueron a la cárcel y el exilio, José, a Montevideo, donde fue docente de filosofía en un colegio. Conoció la persecución, la represión y el dolor de la dictadura, había tenido que alejarse de la orden Salesiana por discrepancias, estuvo detenido en el Cilindro por rebelde y coherente, había sido despedido del liceo donde dictaba clases de Filosofía porque no tenía le fe democrática . Ingresó como administrativo a Conaprole, donde fue propulsor de la AOEC (Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole), compañero, dirigente y educador de jóvenes militantes. Vivía en un ranchito en Sayago, conoció a Ana María Rosas con la que formó una familia, hiizo suyos sus hijos: Marcelo, Fabricio y nació Felipe.
Se entregó de lleno a la militancia desde la perspectiva de la educación popular, donde encontró referentes pero nunca recetas. Su esfuerzo permanente era la lectura de nuestra realidad, la búsqueda de caminos para desarrollar una forma organizativa, participativa y democrática, donde los procesos pedagógicos fueran eje de una acción transformadora. En medio de las circunstancias más adversas, jamás dejó de formarse, de leer, de buscar, de escribir, de crear, de preguntarse, pero tampoco perdió nunca la esperanza, la profunda convicción de que valía la pena jugarse.
Conocí a José en el año 1981 cuando ingresó al CIDC (Centro de Investigaciones y Desarrollo Cultural); nosotros estábamos buscando un asesoramiento socio – político porque veíamos que nuestras prácticas se estaban limitando a micro procesos y nos costaba tener una visión global. Veníamos de varios años de resistir la dictadura desarrollando programas de promoción en cantegriles y empezábamos a trabajar con alguna cooperativa de vivienda por ayuda mutua y en los incipientes asentamientos.
Llegó, alto, encorvado, con su infaltable boina, su hablar sencillo y su escuchar atento, tímido detrás de sus gruesos lentes, siempre con su cuaderno registrando lo que se decía, para luego, mágicamente, devolverlo enriquecido, dándole sentido y proyección. Cristina Oholeguy lo propuso y José se integró al equipo. Siempre puntual, informado, riguroso y sistemático, nos deslumbró con su bagaje teórico, nos desafió con su práctica comprometida, nos contagió con su esperanza construida, nos regaló su amistad sincera. Y él se enamoró para siempre de la Educación Popular.
Sus propias palabras son elocuentes: “Mi recorrido personal estuvo ligado, como muchos de nosotros al tema de la dictadura. Sufrí el golpe de estado como un quiebre en el que te quedabas sin espacio político. Ahí me empecé a interesar más en Paulo Freire. Me recuerdo que sus libros eran considerados como idealistas por la izquierda. Lo eran, él mismo lo dice. Pero la izquierda lo había etiquetado, condenado porque alejaba de lo político. Se juntaron (en mi) el vacío en lo político, el encuentro con Paulo Freire, el trabajo juvenil que desarrollaba en Melo y el contacto con la gente del barrio para empezar a hacer algo de Educación Popular, durante 1972 y 1973 ” .
Cuando ingresa al Centro de Investigación y Desarrollo Cultural (CIDC) en 1982, inicia un fecundo e ininterrumpido período de producción teórica, investigación, docencia y práctica social. Son innumerables las actividades desarrolladas: promoción en barrios, formación en el movimiento obrero (tanto en la Escuela de formación sindical de la central de trabajadores como en el movimiento de Obreros de Acción Católica), asesor de instituciones, de Ongs., consultor de organizaciones sociales. Su producción teórica no sólo es abundante sino enriquecedora, pautada por una rigurosidad extrema, por una preocupación didáctica, por una clara orientación crítica y liberadora.
Pero José Luis fue sobre todo un educador, docente y pedagogo, en todos los ámbitos, académicos o no, con estudiantes, trabajadores, vecinos, jóvenes, mujeres, regalaba sus cursos, talleres y seminarios, clases que podían ser magistrales, pero eran profundamente participativas y enormemente disfrutables. Su increíble empatía, su sensibilidad, le permitían desarrollar los temas y autores más complejos con total claridad, sin perder en calidad, rescatar el saber del grupo, ser un disparador del potencial existente, entablando una relación dialógica de producción de conocimiento. La praxis educativa se convertía en una experiencia gratificante de aprehensión del saber, de producción y creatividad. José Luis fue un educador popular.
En 1985 los uruguayos recuperamos la democracia, chueca y malherida, pero entre otros logros, las puertas de la Universidad se abren para los destituidos, y José Luis concursa y accede al Instituto de Psicología, a la Escuela Universitaria de Servicio Social, a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, abordando diversas Cátedras: Ética, Historia de las Ideas, Filosofía, Antropología Filosófica y desarrollando Talleres y Seminarios de Investigación Participativa, Cultura Popular. Sus aulas siempre llenas de estudiantes de todas las facultades y orientaciones porque su pensamiento crítico y latinoamericano, su preocupación por producir conocimiento desde la propia Universidad lo transformaron en un docente querido e inolvidable para muchas generaciones de estudiantes comprometidos. Por eso y en forma honoraria se dedicó al trabajo de Extensión Universitaria, dictando cursos de verano en todo el interior del país, con estudiantes y vecinos, incansable y riguroso.
En la Universidad, alcanzó el grado de investigador y docente en los Departamentos de Filosofía de la Práctica y de Historia y Filosofía de la Educación, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. Integró el Equipo de Dirección del Programa de Aprendizaje y Extensión (Apex-Cerro) de la Universidad.
La década del 90 fue la de las mayores realizaciones porque la muerte lo encontró en su plenitud. El triunfo del Frente Amplio en las elecciones municipales desató un proceso de democratización del poder a partir de la implementación de la descentralización y participación popular en la gestión de Montevideo. Desde PRAXIS, acompañamos el proceso de organización, capacitación y formación de los vecinos de la ciudad, desarrollando Programas de Formación Ciudadana, Investigaciones Participantes, procesos con jóvenes interesados en formas alternativas de comunicación, sistematizaciones.
En 1990 se crea la Multiversidad Franciscana para América Latina y José Luis se integra como Coordinador de la Maestría de Educación Popular, investigador y docente. Desde allí despliega un permanente trabajo de formación de educadores populares, continúa los contactos y vínculos internacionales a través de CEAAL (Consejo de Educación de Adultos de América Latina), integrando diversas redes y desarrollando actividades docentes y colaborando en publicación a nivel de toda Latinoamérica.
Su actividad militante en el último tiempo, estuvo vinculada a las organizaciones de Derechos Humanos, al movimiento obrero y estudiantil, al proceso de descentralización y participación popular en la ciudad de Montevideo y dando respuesta a múltiples solicitudes de formación de grandes y pequeñas organizaciones populares.
Para las y los educadores populares, José Luis fue un maestro, nos aportó sustento teórico , pero fundamentalmente, fue quien nos enseñó que la práctica sin teoría es activismo y que la mera teoría es academicismo, fue quien orientó nuestra formación, referente obligado en toda Latinoamérica.
Durante 19 años tuve el privilegio de trabajar junto a él, primero fue mi asesor, luego fue mi compañero de tantos talleres, proyectos y militancias. Nos fuimos haciendo amigos, compartiendo dificultades y alegrías, sufriendo decepciones y festejado triunfos. Me viene el recuerdo de su cumpleaños número 50, Ana María organizó una fiesta “sorpresa” en el Centro de Protección de Choferes. Era al aire libre y hacía un frío de novela, pero fuimos con ganas, amigas y amigos, cantamos, bailamos y tomamos vino y no sentimos el frío; me reconforta saber que él supo cómo lo queríamos.
Su producción teórica ha sido muy amplia, sus libros publicados: Ética y Práctica Social (1989), Neoliberalismo, conflicto Norte-Sur, Liberación (1995); coautor deÉtica de la Autonomía (1997) y de Democracia, Ciudadanía, Poder. Desde el proceso de descentralización y participación popular (1999).
Me gustaría poder contarles a quienes no lo conocieron y recordar con quienes sí lo hicieron, el maravilloso ser humano que fue José Luis. Supo combinar el compromiso inclaudicable, el brillo intelectual y la rigurosidad académica con la tierna bondad, la terca esperanza y la sencilla solidaridad. Sus temas centrales reflejan sus preocupaciones: la necesidad de fundamentar un pensamiento crítico latinoamericano, la denuncia del neoliberalismo, la búsqueda de la justicia, la coherencia entre teoría y práctica en todos los ámbitos y la ética como soporte de una inquebrantable esperanza en la humanidad.
A fines de setiembre de 1999, presentamos “ Democracia, Ciudadanía, Poder. Desde el proceso de descentralización y participación popular  (1999). Este libro lo hicimos juntos y es el producto de varios años de trabajo con los vecinos y técnicos de La Teja (una popular y populosa zona montevideana); Hacíamos el lanzamiento en el humilde local del Concejo Vecinal del zonal 14, junto a los vecinos, las organizaciones sociales, técnicos y responsables políticos que participamos. Habíamos decidido que en lugar de grandes discursos, las paredes se transformaran en carteleras donde todos los que quisieran opinaran sobre por qué habíamos participado en la quijotesca idea de escribir un libro sobre nuestra experiencia y José Luis escribió: Porque creo en el poder y la inteligencia del pueblo ; yo creo que esa es la clave de la vida, la obra y el compromiso de José.
                                                                                                                          Pilar Ubilla

Hay gente que se olvidó y hay jóvenes que no saben, pero durante la dictadura, los ciudadanos estábamos divididos en A, B y C, según la “fe democrática” que expedía el Ministerio del Interior.
Entrevista publicada en “Abriendo Puertas en los Procesos Pedagógicos, Políticos y Organizativos” de Pilar Ubilla, 1996, 80. Ed. EPPAL, Uruguay.
También participaron Cristina Oholeguy, Heber Ichusti, Julio Listre, Beatríz Silva y particularmente activa Susana Rgent.

jueves, 13 de octubre de 2011



La ética de Kant

Nacido en Königsberg, Prusia, y educado en los principios del pietismo religioso (protestante), Kant mostró una gran preocupación por los asuntos morales. Bochenski dice que Kant se dio a la tarea de salvar el espíritu, el saber, la moral y la religión en un mundo invadido por sistemas de pensamiento diversos y antagónicos entre sí como el empirismo, el fideísmo y el escepticismo por mencionar sólo algunos.

Sus obras fundamentales son la "Crítica de la razón pura" y la "Crítica de la razón práctica". En la primera Kant aborda el problema del conocimiento elaborando un sistema teórico sobre el mismo sumamente complejo. En la "Crítica de la razón práctica", se propone descubrir y exponer el principio fundamental de la moralidad con dos objetivos:

a) Demostrar la falsedad de toda doctrina moral que pretenda apoyarse en consideraciones empíricas.
b) Otorgar a la Ética una base exclusivamente racional y apriorística.

Como Kant prescinde de elementos empíricos y se funda de manera exclusiva en la razón, se dice que su Ética es formal; es una Etica estrictamente racional.

El imperativo categórico.

Si la tarea de la Ética consiste en fundamentar la moral; una moral formada por una serie de normas, costumbres y formas de vida que se presentan como obligatorias, en Kant encontramos un elaborado intento por fundamentar las obligaciones morales del hombre, en conceptos de la razón pura, (de aquí la necesidad de hacer referencia a la primera obra mencionada, cuando se intenta exponer la ética kantiana).

La razón pura se expresa por medio de juicios analíticos y juicios sintéticos, nos dice Kant.

a) Los juicios analíticos son explicativos; el predicado está contenido en el sujeto y por lo tanto no aumentan el conocimiento. El fundamento de validez lo encontramos en el principio de identidad, es decir, que son tautologías. Ej. "El triángulo tiene tres ángulos".

b) Los juicios sintéticos, por el contrario, son extensivos y sí aumentan el conocimiento. El predicado no está contenido en el sujeto y su fundamento de validez podemos encontrarlo en el mundo empírico. Ej. "Los cuerpos son pesados". En este ejemplo, un concepto sujeto (los cuerpos), se une a un concepto predicado (pesados) mediante una cópula (son) que nos dice lo que ocurre en la experiencia.

El comportamiento moral del hombre no puede encontrar su fundamentación en alguna forma de conocimiento que tenga que ver con la razón pura, puesto que no es posible acceder a ello por juicios analíticos o explicativos ni tampoco por medio de los juicios sintéticos. En esta forma, Kant se vio precisado a buscar otro camino para fundamentar la moral, elaborando una ética sustentada en la razón práctica puesto que Kant rechaza radicalmente el fundamentar la obligación moral en la naturaleza del hombre, o en las circunstancias del universo en el que éste se encuentra, o bien, subordinándola a fines exteriores (la búsqueda de la felicidad, por ejemplo).

La razón práctica, no puede expresarse ni por medio de los juicios analíticos o explicativos ni por medio de los juicios sintéticos, puesto que no dice lo que acontece en la experiencia, sino lo que debe ocurrir en ella. Ej. "Los hombres deben ser honestos". Así, la forma de conocimiento práctico, no es un juicio, sino un imperativo.

Ahora bien, los imperativos pueden ser de dos tipos:

a) Hipotéticos; Ej. "Si quieres aprobar el examen debes estudiar." En el ejemplo se ordena una acción para conseguir un fin posible, el cual puede o no ser deseado.

b) Categóricos; Ej. "El hombre debe ser veraz". En este último ejemplo, el imperativo ordena una acción de manera absoluta, es decir que la acción no se considera como medio, sino como un fin en sí mismo, último e incondicionado.

De acuerdo con Kant, el ideal moral está formado por imperativos categóricos que se originan en la voluntad moral, una voluntad autónoma que se encuentra libre de los fines u objetos de deseo.

La fórmula del imperativo categórico, base de la moral kantiana, se expresa así: "Obra de manera que la máxima de tu voluntad pueda servir siempre como principio de una legislación universal." Esta fórmula es la ley moral.

Lo que persigue Kant es fundamentar una Ética Racional Universal basada en leyes que determinan la voluntad y que no puede estar sustentada en la pluralidad de fines, puesto que éstos varían y son contingentes. Si puede haber una Ética Racional, ésta descansará sobre principios universales y no sobre relativismos culturales, históricos, etcétera.

El acto moral

Para determinar la validez de un acto moral, de acuerdo con la Etica Kantiana, debemos prestar atención a la voluntad del sujeto que lo determina y no a la acción misma. Los actos, según Kant, no son ni buenos ni malos; bueno o malo es sólo el sujeto que los realiza.

Lo que es moral o inmoral es la disposición del ánimo del agente. Un acto será moralmente bueno si el sujeto que lo realiza lo hace porque lo considera como absolutamente debido, como un fin absoluto, como imperativo categórico; por el contrario un acto es malo si se hace con el propósito de obtener alguna consecuencia favorable, si se realiza como medio o imperativo hipotético.

Lo bueno, según Kant, está en la buena voluntad regida por la ley moral. Si alguien actúa por temor y no por respeto al deber implícito en la ley moral, sus acciones no son morales. Tampoco lo serán aquellas que se realizan por accidente o como medio para obtener beneficios posteriores.

Ejemplos: la acción de pagar una deuda puede no tener ninguna significación moral (amoral) si se realiza por temor a la consecuencias; una promesa que se cumple por accidente, o porque se desea obtener algo como resultado de la acción, tampoco tienen significación moral conforme a la ética kantiana; las acciones que se realizan de acuerdo a la buena voluntad, es decir las que se realizan por deber y conforme al deber (imperativo categórico) son las acciones valiosas que hacen del individuo una persona genuinamente moral.
Gentileza de http://www.arvo.net/ para la
BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL


Immanuel Kant, biografía
Trabajo realizado por:

Philippe Brun


Immanuel Kant nació en 1724 y murió en 1804, filósofo alemán, considerado por muchos como el pensador más influyente de la era moderna.

Nacido en Königsberg (ahora, Kaliningrado, Rusia) el 22 de abril de 1724, Kant se educó en el Collegium Fredericianum y en la Universidad de Königsberg. En la escuela estudió sobre todo a los clásicos y en la universidad, física y matemáticas. Tras la muerte de su padre, tuvo que abandonar sus estudios universitarios y ganarse la vida como tutor privado. En 1755, ayudado por un amigo, reanudó sus estudios y obtuvo el doctorado. Después, enseñó en la universidad durante 15 años, y dio conferencias primero de ciencia y matemáticas, para llegar de forma paulatina a disertar sobre casi todas las ramas de la filosofía.

Aunque las conferencias y escritos de Kant durante este periodo le dieron reputación como filósofo original, no se le concedió una cátedra en la universidad hasta 1770, cuando se le designó profesor de lógica y metafísica. Durante los 27 años siguientes continuó dedicado a su labor profesoral y atrayendo a un gran número de estudiantes a Königsberg. Las enseñanzas religiosas nada ortodoxas de Kant, que se basaban más en el racionalismo que en la revelación divina, le crearon problemas con el Gobierno de Prusia y en 1792 Federico Guillermo II, rey de esa nación, le prohibió impartir clases o escribir sobre asuntos religiosos. Kant obedeció esta orden durante cinco años, hasta la muerte del rey, y entonces se sintió liberado de su obligación. En 1798, ya retirado de la docencia universitaria, publicó un epítome donde se contenía una expresión de sus ideas de materia religiosa. Murió el 12 de febrero de 1804.

Filosofía de Kant

La piedra angular de la filosofía de Kant, a veces llamada filosofía crítica, está recogida en su Crítica de la razón pura (1781), en la que examinó las bases del conocimiento humano y creó una epistemología individual. Al igual que los primeros filósofos, Kant diferenciaba los modos de pensar en proposiciones analíticas y sintéticas. Una proposición analítica es aquella en la que el predicado está contenido en el sujeto, como en la afirmación "las casas negras son casas". La verdad de este tipo de proposiciones es evidente, porque afirmar lo contrario supondría plantear una proposición contradictoria. Tales proposiciones son llamadas analíticas porque la verdad se descubre por el análisis del concepto en sí mismo. Las proposiciones sintéticas, en cambio, son aquellas a las que no se puede llegar por análisis puro, como en la expresión "la casa es negra". Todas las proposiciones comunes que resultan de la experiencia del mundo son sintéticas.

Las proposiciones, según Kant, pueden ser divididas también en otros dos tipos: empírica, o a posteriori, y a priori. Las proposiciones empíricas dependen tan sólo de la percepción, pero las proposiciones a priori tienen una validez esencial y no se basan en tal percepción. La diferencia entre estos dos tipos de proposiciones puede ser ilustrada por la empírica "la casa es negra" y la a priori "dos más dos son cuatro". La tesis de Kant en la Crítica consiste en que resulta posible formular juicios sintéticos a priori. Esta posición filosófica es conocida como transcendentalismo. Al explicar cómo es posible este tipo de juicios, Kant consideraba los objetos del mundo material como incognoscibles en esencia; desde el punto de vista de la razón, sirven tan sólo como materia pura a partir de la cual se nutren las sensaciones. Los objetos, en sí mismos, no tienen existencia, y el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad sólo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas.

Además de estas intuiciones, Kant afirmó que un número de conceptos a priori, llamados categorías, también existen. Dividió las categorías en cuatro grupos: los relativos a la cantidad, que son unidad, pluralidad y totalidad; los relacionados con la cualidad, que son realidad, negación y limitación; los que conciernen a la relación, que son sustancia-y-accidente, causa-y-efecto y reciprocidad; y los que tienen que ver con la modalidad, que son posibilidad, existencia y necesidad. Las intuiciones y las categorías se pueden emplear para hacer juicios sobre experiencias y percepciones, pero, según Kant, no pueden emplearse para que se apliquen sobre ideas abstractas o conceptos cruciales como libertad y existencia sin que lleven a inconsecuencias en la forma de binomios de proposiciones contradictorias, o antinomias, en las que ambos elementos de cada par pueden ser probados como verdad.

En la Metafísica de la ética (1797) Kant describe su sistema ético, basado en la idea de que la razón es la autoridad última de la moral. Afirmaba en sus páginas que los actos de cualquier clase han de ser emprendidos desde un sentido del deber que dictase la razón, y que ningún acto realizado por conveniencia o sólo por obediencia a la ley o costumbre puede considerarse como moral. Kant describió dos tipos de órdenes dadas por la razón: el imperativo hipotético que dispone un curso dado de acción para lograr un fin específico; y el imperativo categórico que dicta una trayectoria de actuación que debe ser seguida por su exactitud y necesidad. El imperativo categórico es la base de la moral y fue resumido por Kant en estas palabras claves: "Actúa de forma que la máxima de tu conducta pueda ser siempre un principio de Ley natural y universal".

Las ideas éticas de Kant son el resultado lógico de su creencia en la libertad fundamental del individuo, como manifestó en su Crítica de la razón práctica (1788). No consideraba esta libertad como la libertad no sometida a las leyes, como en la anarquía, sino más bien como la libertad del gobierno de sí mismo, la libertad para obedecer en conciencia las leyes del universo como se revelan por la razón. Creía que el bienestar de cada individuo sería considerado, en sentido estricto, como un fin en sí mismo y que el mundo progresaba hacia una sociedad ideal donde la razón "obligaría a todo legislador a crear sus leyes de tal manera que pudieran haber nacido de la voluntad única de un pueblo entero, y a considerar todo sujeto, en la medida en que desea ser un ciudadano, partiendo del principio de si ha estado de acuerdo con esta voluntad". En su tratado La paz perpetua (1795) Kant aboga por el establecimiento de una federación mundial de Estados republicanos.

Kant ha tenido mayor influencia que ningún otro filósofo de la era moderna. La filosofía kantiana, y en especial como la desarrolló el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, estableció los cimientos sobre los que se edificó la estructura básica del pensamiento de Karl Marx. El método dialéctico, utilizado tanto por Hegel como por Karl Marx, fue un desarrollo del método de razonamiento articulado por antinomias que Kant aplicó. El filósofo alemán Johann Fichte, alumno de Kant, rechazó la división del mundo de su maestro en partes objetivas y subjetivas y elaboró una filosofía idealista que también influyó de una forma notable en los socialistas del siglo XIX. Uno de los sucesores de Kant en la Universidad de Königsberg, Johann Friedrich Herbart, incorporó algunas de las ideas kantianas a sus sistemas de pedagogía.

Además de sus trabajos sobre filosofía, Kant escribió numerosos tratados sobre diversas materias científicas, sobre todo del área de la geografía física. Su obra más importante en este campo fue Historia universal de la naturaleza y teoría del cielo (1755), en la que anticipaba la hipótesis de la formación del universo a partir de una nebulosa originaria, hipótesis que fue más tarde desarrollada por Pierre de Laplace.

Entre otros escritos de Kant figuran Prolegómenos a toda metafísica futura (1783), Principios metafísicos de la filosofía natural (1786), Crítica del juicio (1790) y La religión dentro de los límites de la razón pura (1793).
Gentileza de http://www.arvo.net/ para la
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BIOGRAFIA ARISTOTELES

Nace en el norte de Grecia, en Estagira,hoy Stavró en el año 384 a. C., en una familia de tradición científica; su padre, Nicómaco había sido médico de Amintas II, procedente de Calcis, padre de Filipo II de Macedonia. Perdió sus padres siendo aún muy niño, y quedó a cargo de su tutor, Próxeno de Atarneo, quien a los diecisiete años lo envió a Atenas para estudiar en la Academia de Platón y siguió con el maestro hasta su muerte 348-7)veinte años después. Platón estimaba extraordinariamente a su discípulo, a quien llamaba "el lector" y la "mente de la escuela".
Con la temprana muerte de Alejandro, Aristóteles, protegido suyo, tuvo que hacer frente al sentimiento antimacedonio que estalló en Atenas.Viaja por 12 años estableciendo nuevas academias en Assus (347-344) y Mitilene en la isla de Delfos donde permanece en compañia de Jenócrates y teofrasto desde 344 a 342. En Assus se casa con Pythia, la hija adoptiva o sobrina del Rey Hermías, con la que tiene una hija, a la que le pone el mismo nombre de la madre y al fallecer ésta, vuelve a contraer nupcias con Herpyllis. Pasa a vivir en Pella, capital de Macedonia, para convertirse por tres años en el tutor del que llegaría a ser Alejandro Magno, entonces con trece años.Con este objeto pasó a Pella y a Mieza, consagrándose a la formación de su regio discípulo. Alejandro fue asociado al trono en 340 y sucedió a su padre en 336, iniciando poco después sus fulgurantes campañas contra el imperio persa (batalla del Gránico en 334). Alejandro reedificó Estagira, destruida por Filipo en 348 y le enviaba a su naestro material para sus estudios de Historia natural y grandes cantidades de dinero para sus investigaciones (se cita la cifra elevadísima de 800 talentos). Pero esas relaciones se enfriaron después de la muerte de Calístenes, sobrino del filósofo, que acompañaba a Alejandro como historiógrafo (327), y que Aristóteles nunca le perdonó. En el 336-335 regresa a Estagira y se retira allí por un tiempo. Regresa a Atenas en el 335 , dedicandose al trabajo científico puro y en ese mismo año abrió su propia escuela en unos terrenos fuera de las murallas, al lado opuesto de la Academia, entre el monte Licabeto y el río Ilisos, en las proximidades de un templo dedicado a Apolo Likaios, de donde recibió el nombre de Liceo (Lykeion). Bien fuese por estar dotada de un paseo o por la costumbre de enseñar paseando, fue designada con el calificativo de Peripatos, y sus seguidores, "peripatéticos". Aristóteles organizó la enseñanza dando clases matutinas para sus discípulos y vespertinas para un público más amplio. Después de su muerte el Liceo fue ampliado bajo Teofrasto, con nuevos terrenos cedidos por Demetrio de Pháleron, con dos pórticos cubiertos y jardines (310). Más tarde fue saqueado por Filipo V de Macedonia en el año 300 y arrasado por Sila en 86. Acusado de ateísmo, Aristóteles tuvo que exilarse y se refugió en Calcis, donde moriría al año siguiente, el 322 a.C., a los 62 años de edad.A los estudios de F. Etudniczka se debe la identificación, con bastante probabilidad, del retrato del filósofo. Al morir Aristóteles legó su biblioteca a Teofrasto. Este, a su vez, a Neleo, hijo de Corisco, el cual la llevó consigo a su patria, Skepsis de Ida, en Asia Menor. Pero por temor de que se apoderasen de ella los emisarios del rey de Pérgamo, la ocultó en una cueva, donde permaneció hasta que en el año 100 antes de J.C. fue adquirida por el rico coleccionista Apelicón de Teos. Este la trasladó a Atenas, donde se apoderó de ella Sila, en el año 86, llevándola a Roma como botín de guerra. Su hijo Fausto la vendió en el año 55 para pagar las deudas de su padre. El gramático griego Tiranión de Amisos (s.I) se encargó de restaurar los manuscritos, muy deteriorados, e hizo una primera edición. Poco más tarde hizo otra más correcta, con la ayuda de Andrónico de Rodas, décimo escolarca del Liceo (h.70 a.J.C.), que ordenó los escritos de Aristóteles, distribuyéndolos por orden de materias. (Cf.Dióg.Laer.,V 52.) Es simpática la anécdota del Califa de Bagdad, Al-Mamún, siglo IX, responsable de Dar al-ilm (La casa de la ciencia), y la aparición de Aristóteles que le pidió traducir sus obras al árabe, lo cual hizo, y que resultó ser el camino para que luego, mediante la cultura musulmana, pasaran del árabe al latín y así llegasen al Occidente, al que conmovieron profundamente dejando por siempre su impronta en ella. Aristóteles siempre conservó la influencia de su maestro, Platón, pero en su madurez supo superar el platonismo hasta configurar su propio sistema de pensamiento, que se separa del de Platón en un punto fundamental: Aristóteles no acepta que las ideas sean entidades subsistentes en un mundo separado de la realidad sensible; para él las ideas no son sino la esencia de las cosas, que se halla en las cosas mismas, cuya constitución explica mediante los conceptos de potencia y acto, materia y forma, o la teoría de las cuatro causas (material, formal, eficiente y final). En filosofía moral, Aristóteles presenta una ética basada en la naturaleza humana, cuyo fin es, según él, la felicidad, al cual debe estar dirigido el ordenamiento de la sociedad política, es decir, del Estado. Las obras de Aristóteles pueden clasificarse, según su contenido, en los distintos grupos: Obras de Lógica, recopiladas en la antigüedad con el nombre de Órganon o instrumentos para pensar rectamente. Escritos sobre ciencias de la naturaleza: Física, Del cielo, De la generación y corrupción, Sobre el alma... Los ocho libros de Política. Obras sobre literatura: la Retórica y la Poética. Jaeger distigue tres períodos en la producción aristotélica : PERÍODO DE LA ACADEMIA (hasta el año 347) PERÍODO DE LOS VIAJES (del año 347 al 335) PERÍODO DE MADUREZ (del año 335 al 322). F. Nuyens en su obra "La evolución de la psicología Aristotélica" señála tres períodos: PERÍODO PLATÓNICO (antagonismo dualista, por ejemplo el Eudemo); PERÍODO DE TRÁNSITO (se da natural colaboración del alma y del cuerpo, rige en su pensamiento un instrumentalismo vitalista); PERÍODO DE MADUREZ (el alma es forma del cuerpo, comienza a existir con el cuerpo y perece con él; en el primer período, por lo contrario, el alma era independiente del cuerpo e inmortal). Metafísica. Escritos que tratan de las causas generales de las cosas. Se trata de una colección de catorce libros, que recogen pequeños tratados o cursos impartidos por Aristóteles en el Liceo. La palabra metafísica no fue usada por Aristóteles, sino por un recopilador posterior, que ordenó estos escritos a continuación o más allá (significado de la preposición griega meta) de los libros de física. Aunque por mucho tiempo Aristóteles aceptó toda la filosofía de Platón, con su mundo de las ideas como única realidad, con las transmigraciones del alma, con el conocimiento como recuerdo, su sentido común lo fue llevando a descubrir y rechazar los errores del maestro y a quedarse con los aciertos.Para Platón y Aristóteles, el fin, el objetivo, el telos de cada cosa tiene que existir con anterioridad a ella; ese objetivo existente es una perfección (aunque sea relativa) por cuya influencia tiene lugar la actividad del mundo natural. Platón había hablado de partes del alma. Aristóteles habla más bien de potencias: nutrición, reproducción, locomoción, apetito, sensibilidad, pensamiento. Pero estas potencias se manifiestan en los seres vivos como en una jerarquía de niveles. Al nivel más básico de los vivos está la capacidad de nutrirse y reproducirse. Son las capacidades de la psyche vegetativa. Primer peldaño en la jerarquía de la vida. La función de los vivos es vivir de acuerdo a su naturaleza ?la planta como planta, el animal como animal, el hombre como hombre? y producir otro ser viviente semejante a ellos; al hacerlo, participan de lo divino en cuanto les es posible. La facultad sensitiva. El que siente padece una acción de otro. Por tanto, la facultad sensitiva es una "potencia" que requiere de otro para llegar al "acto", como sucede con el combustible que no arde por sí mismo. Pero sentir no es sólo sufrir la acción de estos objetos externos; la luz actúa en el ojo como actúa en el agua de un pozo y las formas y colores se reflejan en ambos, pero el pozo no "ve" y el ojo sí. Cuando el ojo, es materialmente afectado por el objeto externo, ocurre algo enteramente distinto: la psyche sensitiva recibe la forma sensible del objeto sin el objeto mismo, como la cera recibe la impresión del anillo sin el hierro o el oro del anillo. Este es el acto psíquico propiamente tal. De forma similar explica Aristóteles la potencia de la psyche inteligente: al entender, el alma recibe la forma inteligible del objeto sin el objeto mismo. Pero "recibir" las formas no es lo más elevado del alma humana ( nous ): lo más elevado no "recibe" nada porque no es pasivo sino puramente activo, intuye, discurre y juzga nociones y principios. Las formas inteligibles recibidas más abajo son el material de su trabajo y no la causa de su trabajo. Por eso los seguidores de Aristóteles hablaron después de entendimiento pasivo y entendimiento activo. Los conceptos de poiesis y de mímesis son centrales en la teoría de Aristóteles. El primer término engloba a la poesía, la música y la danza, aunque es poco claro respecto de las artes plásticas. Se usa, más restringidamente, como arte verbal. El quehacer específico del artista, lo que lo define como tal, es la acción de mimetizar. Por su parte, la mímesis refiere al carácter modelizador de los sistemas artísticos. No es mera construcción imitativa, como la diégesis platónica, sino la elaboración de un modelo nuevo del mundo, obtenido en y mediante un proceso de deconstrucción y manipulación del código de la lengua regido por el código literario particular adoptado por el artista. Orden cronológico de su obra Del período inicial, que coincide prácticamente con la primera estancia suya en Atenas, hasta el año 347: Dos diálogos: Eudemo (o Sobre el alma) y Protréptico. Tópicos; Elencos Sofísticos; quizá Las Categorías (probablemente obra auténtica), La Física (con excepción del libro VIII) y algunos otros pequeños opúsculos físicos (Sobre el cielo, Sobre la generación y la corrupción). 2. Del período de los viajes (del año 347 al 330, más o menos) - viaja a Assos, a Pella, y permanece en Atenas unos años por segunda vez: Historia de los animales - y algunos pequeños opúsculos sobre los animales. Pequeñas obras sobre los seres naturales. Los analíticos primeros y postreros. Sobre la Filosofía. Parte de los libros de Metafísica. Ética Eudemo y Ética a Nicómaco. Parte de la Política. 3. Período último (cerca del año 330 al 322 o 23), que son los últimos años de su estancia en Atenas: El resto de la Política. El resto de las pequeñas Obras sobre los Seres Naturales. El resto de los libros de Metafísica. El libro VIII de La Física. Sobre el Alma libro III. Sobre la Interpretación. Algunos breves opúsculos sobre los animales. Retórica. Ha de tenerse presente, vista la muy erudita discusión de los expertos sobre el particular, que la cronología de las obras de Aristóteles aún puede ser corregida y que los límites entre los períodos de su vida creadora todavía no están definitivamente establecidos. Existe una larga polémica erudita sobre el punto de la autenticidad de las obras de Aristóteles. Baste citar que según J. Zürcher solamente del 20 al 30% de todo el corpus aristotelicum (conjunto de obras atribuidas históricamente a Aristóteles) han tenido por autor a Aristóteles. Según Zürcher, las demás obras deben atribuirse al famoso discípulo de Aristóteles, Teofrasto. Solamente los diálogos, obra de su juventud, y algunas otras pocas obras pueden considerarse como auténticamente aristotélicas. Según J. Zürcher, Aristóteles permaneció platónico toda su vida. Por supuesto que otros han refutado parcial o totalmente las bases de la argumentación de Zürcher, pero el problema permanece, lleno de mucho interés. Considérese que las Obras completas de Aristóteles se consiguen hoy con facilidad, con toda esa riquísima información, lo que era imposible hasta el siglo XIX. Ante este portento de la investigación es que se puede bendecir a los filólogos y eruditos de gran espíritu de trabajo. Y no tanto a mucha gente de hoy que critica a aquellos, pero que no da una obra ni siquiera aproximada a la suya. Porque ese trabajo de búsqueda de textos, en griego, siríaco, árabe, latín... de determinación de autenticidad, de estudio comparado, de uso inteligente de argumentos filológicos, de comprobación de autenticidad a través del uso del método histórico-genético, etc., ha permitido saber mucho y bien, no solo sobre Aristóteles, sino sobre casi todos los grandes de la Antigüedad. Los tres tomos de Zürcher: Aristotelis Opera I Ex recensione Immanuelis Bekkeri, hasta la página 789 Aristotelis Opera II (continúa la paginación del I Tomo), hasta la página 1462. Todas las obras de Aristóteles en griego, precedidas de completa información sobre fuentes y referencias importantes. Además: Bonitz, H., Index Aristotelicus, 2ª. Ed., 1955, 876 páginas. Constituye una ayuda inestimable para penetrar en el tesoro aristotélico. De los trabajos de Aristóteles solamente 47 han podido preservarse hasta nuestros días. Ellos comprenden en su mayoría notas usadas en cursos del Liceo y constituyen un material muy denso desde el punto de vista académico. La forma, títulos y el orden con el que conocemos ese material hoy, le fueron dados por algún editor tres siglos después de la muerte del filósofo. Su logro más absoluto fue, seguramente, su Biología, fundó la ciencia de la Biología, la estableció sobre una sólida base empírica y filosófica y le dio la forma que conservaría hasta el siglo XIX. Su segundo logro, después de la Biología, fue la Lógica... Pocos hombres han fundado una ciencia.